14. Segunda oportunidad

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Como Ginny no lograba calmarse y James no quería volver al cuarto decidieron ir a la playa, además cuanto más lejos se llevara a Pansy del hotel más cómoda se sentía, por alguna razón, pensar en dejarla a solas con ese resbaloso omega dando vueltas, la hacía sentir nauseas. 
 Caminaron en silencio por la costa una junto a la otra, observando el vaivén de las olas y a James recoger piedras y caracoles de la orilla. El viento soplaba pero solo lo suficiente como para sentirse agradable, estaba soleado algo muy poco común en la isla, extrañamente el clima era muy bueno esa mañana. 

- ¿Vas a decirme porqué perdiste los estribos y te abalanzaste sobre ese omega? 
- ¡Tú..!- observó a James que no les prestaba la mínima atención y se relajó
- Yo no me abalancé sobre nadie...- por alguna razón odiaba que siguiera recordándolo, ¿Acaso no podían hablar de otra cosa? 
- Se honesta conmigo calabacita... ¿Te molestó verme con otro? 
- Piensa lo que quieras, no me escucharás de todas formas...
- Jamás había estado tan feliz de escuchar tu voz...- la beta se volteó para descubrir algún gesto de burla o ironía en su rostro, pero para su sorpresa lo único que vio fue una expresión sincera, algo oscura y ¿Dolida?- He esperado cuatro largos años para verte, no me atrevería a no escuchar... 
- ¿Porqué viniste?- no sabía de dónde sacaba el valor para preguntar eso, estaba colocando el puñal sobre la herida ella misma. Pansy se volteó para verla de frente.
- ¿Cómo puedes preguntarme eso?- le dolía, verla así le dolía, una parte de su corazón estaba molesta ¿Qué derecho tenía ella para ser quien se molestara? Después de todo, estaban en esa situación por su culpa. 
- No debiste buscarme otra vez, me esforcé tanto por alejarme de ti...- quería golpearla, gritarle todo el daño que le había causado, reclamarle los últimos cuatro años que habían sido un maldito tormento para ella, pero decidió callar su corazón- Eres tan egoísta como siempre...- antes de que pudiera alejarse la tomó del brazo y la obligo a mirarla 
- ¿Yo soy la egoísta? Tienes que estar bromeando- su agarre era firme pero no doloroso- Dime que es una puta broma Ginevra... Te escapaste, te fuiste sin decir nada, me dejaste atrás igual que a un perro viejo y te atreves a decirme egoísta...
- Suéltame...
- ¡Si! Soy egoísta tienes razón, soy una maldita perra egoísta ¿Y sabes que? Odio cuando otros toman mis cosas...- aunque Ginny intentara soltar su agarre era inútil, no podía contra la fuerza de Pansy- Eres mía Ginevra, y no puedes desaparecer de mi vista cuando se te pega la gana.
- ¿Estas completamente loca? ¿Tuya? ¡¿Acaso no me cogiste lo suficiente antes de ir a divertirte con tus otras posesiones?!- escuchó una voz en el fondo de su cabeza "Déjalo salir, de todas formas ya estaba jodido desde el inicio"- No eres más que una cualquiera, te metes y destruyes la vida las personas por diversión, disfrutas ver a los demás moribundos y desesperados y cuando finalmente están rendidos ante ti, solo los haces caer aún más bajo. Te paras sobre ellos y pizas sus cabezas para que siempre tengan presentes que estás por encima, que eres mejor... Eso es lo que eres... Eres una bestia, una lujuriosa y despreciable bestia. ¿Tienes ganas de sexo? ¡Bien... pues espero que te revuelques con todos los omegas que se te crucen entre las piernas!- las lagrimas ardían contra su piel, eran lágrimas de odio, de resentimiento, de autodesprecio- Pero a mi no me tocarás un solo cabello Pansy Parkinson, prefiero morir antes que verme envuelta de nuevo en tu mierda.- se sacudió tanto que logró soltarse de sus brazos- ¡Estás jodidamente rota! No eres humana, no sabes lo que es sentir de verdad, es por eso que te cagas en todos los demás- con fuerza la empujó por el pecho y luego retrocedió varios pasos, no quería estar cerca de ella- ¡Que pena que hayas recorrido todos estos kilómetros por un acostón que no tendrás! Así que puedes volver con ese omega de antes, puedes hacer con él todo lo que planeabas hacer conmigo, porque yo ya estoy harta... ¡¡Estoy tan cansada maldición!! Mi vida ya era suficientemente mala ¿Porqué tuve que conocerte? ¿Porqué eres tan mala conmigo? ¡¿Ha?!  Jamás le hecho daño a nadie, siempre he sido lo mejor que pude, esforzándome una y otra y otra y otra vez... ¿Y todo para qué? Para que una basura como tú me recuerde que no importa cuanto lo intente, la porquería sigue siendo porquería...- sus rodillas se doblaron y cayó en la arena, antes de que la alfa siquiera pudiera extenderle una mano, tomó un puñado de arena y se arrojó- ¡No te me acerques! Nunca más te me acerques... No quiero que vuelvas a tocarme. Te odio, te odio tanto Pansy...- sentía como su pecho se apretaba, la garganta le ardía y los ojos se nublaban por el llanto- Me lo quitaste todo... Mi orgullo, mi dignidad, mi valor... Me hiciste sentir como una pequeña presa indefensa, incapaz de sobrevivir por su cuenta.... Me hiciste depender de ti, para luego abandonarme otra vez... Me hiciste tan, tan vulnerable a todo... y cuando te necesité, cuando querían hacerme daño, cuando tenía tanto miedo como para desear estar muerta... ¿Dónde estabas? Dime Pansy ¿Dónde estabas?  Yo esperé... y esperé y seguí esperando a que llegaras. Me rompí en millones de pedazos solo para poder esperar un poco más...- ahogó un grito de dolor contra su pecho- Me juraba a mi misma que si esperaba un poco más, vendrías a rescatarme... y luego comprendí, que yo no soy el tipo de mujer a la que rescatan- se obligó a mirar a la alfa a los ojos, aunque se le quebrara la voz, aunque se le partiera un poco más su destrozado corazón- Ya no puedo más Pansy... realmente ya no puedo soportarlo, por favor- juntó sus manos en forma de súplica y se arrodilló ante ella- Ya ganaste, me haz destruido desde adentro, me haz humillado en todas las formas posibles y te aseguro que jamás podré ser feliz de nuevo... Si quieres venganza, no hay una mejor que esta, te quedaste con todo- el viento comenzó a soplar con fuerza y las lágrimas en sus ojos no le permitían ver nada- No me queda nada... Solo déjame, por favor...

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