05. Voy a joderte

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El lugar olía a alimento para gatos y sándalo, algo que iba muy bien con ella pensó Pansy. Era un piso realmente pequeño, desde la entrada podía verse absolutamente todo. El dormitorio que estaba parcialmente cubierto por unas cortinas muy coloridas, la cocina que solo constaba de una estufa, un pequeño mesón y el lavaplatos, y a dos pasos de allí un viejo sofá con una mesa ratona enfrente cubierta por una tela idéntica a la de las cortinas del cuarto, luego simplemente estaba el baño o al menos eso suponía ya que había una puerta cerrada. 

A pesar de la estrechez del lugar no había suciedad ni desorden más que la pila de libros amontonados a un lado de la cama, por lo que supuso no contaba con una biblioteca decente, eso le hizo querer comprarle una, no había cosa que Pansy amara más que los libros y tenerlos desparramados por el suelo cubiertos de polvo era realmente un insulto al conocimiento. Escaneó el lugar hasta dónde le permitieron sus ojos curiosos y la pequeña mujer que se plantaba frente a ella con el seño demasiado fruncido, lo cual podría ocasionarle arrugas de por vida. A pesar de su estatura promedio y su complexión mediana era realmente ruda, no estaba dispuesta a dejarla dar un paso más allá del umbral de la puerta. 

- ¿Vives en esta pocilga? Tu salario debe ser terrible...-viendo que la expresión de odio se acentuaba aún más decidió cambiar sus palabras- Es decir... No es tu culpa que no te paguen lo suficiente, deberías demandarlos... Mereces una vivienda digna. 
- Lárgate. Antes de que te saque a la fuerza...- esos tiernos ojos verdes la miraban con demasiado coraje acumulado, pero no lograba entender porqué. 
-  ¿Porqué estas tan enfadada? Si no hubiera corrido tras de ti me habrías dejado a fuera otra vez, no estoy acostumbrada a que me den portazos en la cara sabes...- pareció pensarlo mejor- No, de hecho ocurre con más frecuencia de lo que crees...

Aprovechando su distracción Ginny intentó empujarla lejos de entrada para poder cerrar la puerta, pero aunque su intento fue bueno, ni siquiera había logrado que se corriera dos centímetros del lugar. 

- Oye... No lograrás nada con esos brazos de espagueti. ¿Porqué no me invitas a pasar y nos ponemos cómodas?- su mano pretendía alcanzar la mejilla de la beta para apartar un pequeño mechón pelirrojo que se había salido de su peinado, pero fue rechazada de inmediato con un fuerte golpe.- Auch... Eso duele lindura.- sostuvo su mano enrojecida en un gran gesto teatral cómo si realmente le hubiera hecho daño.
- Llamaré a la policía. Lárgate es mi última advertencia. 
- Llámalos, no estoy haciendo nada malo. Vine a visitar a una vieja amiga ¿Es eso un delito?
- No soy tu amiga, ni siquiera te conozco. Lárgate de mi casa. 
- ¿No me conoces?- esa contestación no le gustó- Tal vez deba refrescarte la memoria. 

Sin contenerse avanzó por la fuerza tomando a la beta por ambos brazos, haciéndola retroceder hasta estar dentro del departamento. Luego aflojó su agarre y la tomó por la cintura para pegarla a su cuerpo. No era sencillo mantenerla abrazada, era demasiado persistente en intentar zafarse, se retorcía sin parar y clavaba sus uñas profundamente con la clara intención de causarle dolor. Era como intentar domar a un lindo gatito salvaje.

- Eres más linda cuando te resistes cariño -resistirse no le serviría de nada, no había forma de que una beta pudiera vencerla, no importaba cuanto se esmerara o forcejeara con ella simplemente su fuerza no sería suficiente- ¿Por qué no le preguntamos a tu cuerpo si es que me recuerda Ah?- sin cuidado apretó su nalga con fuerza juntando aún más su parte baja. 

No era aquella la forma en que esperaba se reencontrarían, de hecho antes de llegar allí Pansy estaba casi segura de que la beta no se resistiría a sus encantos, que se sentiría profundamente conmovida ante su aparición repentina en la puerta de su casa y que a pesar de resistirse al inicio, luego se arrojaría a sus brazos, seguramente le reprocharía por su desaparición durante cuatro largos años, a lo que ella se excusaría con disculpas y promesas de recompensación, luego la llevaría a un buen hotel y la haría tener una de las mejores noches de su vida. 

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