CAPÍTULO 35: 'UN TARRO DE LECHE'

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Sin embargo, Wen Jiasheng no continuó, pero inexplicablemente continuó lo que él y Lu Fengzhou no habían terminado por la noche: __ Aún no me has respondido, ¿irás a recoger a Xingxing ahora que ha regresado al país?

La intuición le decía a Mingwei que el repentino cambio de tema de la otra parte no había sido improvisado, incluso, parecía haber captado algo entre líneas de lo que había dicho Wen Jiasheng. Sin embargo, entre más lo pensaba detenidamente, parecía que no había captado nada.

Al final, decidió no darle importancia.

Pero escuchó a Lu Fengzhou darle una respuesta clara: __ Simplemente iré a verlo a su casa.

Wen Jiasheng caminó por las baldosas de la piscina, se acercó y preguntó: __ ¿Qué harás la semana que viene?

__ Tengo una conferencia fuera de la ciudad a la que debo asistir, dijo Lu Fengzhou.

__ Esto es genial, si te vas de viaje de negocios, volverás a tener problemas con nostros. No sabía si había sido intencional o no. Cuando dijo esto, miró pensativamente a Mingwei que estaba a su lado junto a la piscina, sin decir nada.

__ Lo compensaré cuando regrese. Sin hablar demasiado sobre el asunto, Lu Fengzhou se inclinó y entró al agua, abrió los brazos y nadó hacia adelante.

Wen Jiasheng se rió entre dientes y, sin decir nada más, subió las escaleras desde la piscina y fue a sentarse en el sillón para descansar.

Mingwei escuchó su conversación y pensó preconcebidamente que Xingxing era un niño pequeño, por lo que, naturalmente, no le dio mucha importancia a eso. Al ver que Lu Fengzhou probablemente no aparecería en poco tiempo, volvió a subir las escaleras para darse una ducha.

Pensando en preparar el desayuno por la mañana, Mingwei se quedó en la habitación y no volvió a salir después de ducharse y tampoco volvió a escabullirse para llamar a la puerta de la habitación de Lu Fengzhou por la noche.

Aproximadamente a las siete de la mañana del siguiente día, se despertó con el sonido de la alarma. Abrió las cortinas de la habitación y miró hacia abajo, vio al mayordomo que ya estaba regando las flores del jardín, después de cepillarse los dientes y lavarse la cara, bajó las escaleras, con la intención de dirigirse al refrigerador de la cocina en busca de los ingredientes.

No hizo ningún preparativo con anticipación esa noche, por lo que finalmente decidió preparar café de improviso, luego sacó una olla pequeña para freír huevos y tocino, y simplemente hizo una tostada de huevo y tocino acompañada de una ensalada de frutas al estilo occidental.

Cuando Lu Fengzhou bajó las escaleras, Mingwei ya había servido el desayuno en la mesa. Bajó la mirda observando el café y las tostadas en la mesa, e inmediatamente frunció el ceño.

Al notar los cambios en la expresión de su rostro, las comisuras levantadas en la boca de Mingwei cayeron repentinamente, se adelantó a preguntar con un tono un tanto desesperado: __ ¿No le gusta?

Lu Fengzhou se detuvo en la mesa del comedor, sus ojos se posaron en su rostro con calma, __ ¿Cuándo me has visto desayunando comida de estilo occidental?

Mingwei lo pensó seriamente y parecía que nunca había visto a la otra parte comerlo, en última instancia, todavía era su culpa por no haber preguntado de antemano sobre las preferencias dietéticas de la otra persona. Permaneció en silencio, con una expresión teñida de decepción en su rostro.

A diferencia del comportamiento intencional habitual, estaba realmente decepcionado y sus emociones que aún eran muy altas cuando se levantó fueron directamente empujadas al fondo por las palabras de Lu Fengzhou.

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