CAPÍTULO 7: 'HACERSE EL DORMIDO'

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Los ojos de Mingwei se suavizaron rápidamente en el momento en que miró a Lu Fengzhou.

Si no hubiera visto claramente a través de la ventana del auto, la emoción indiferente mostrada en sus ojos bajo la luz de la luna, Shen San podría haber pensado inconscientemente que este chico de ahora y el de antes eran dos personas completamente diferentes.

Como si no esperara que Lu Fengzhou estuviera en el auto al costado de la carretera, los ojos de Mingwei se abrieron un poco, iluminándose al principio, luego se atenuaron y finalmente dijeron con una expresión perdida: __ Este auto es muy caro, ensuciaré su auto si me subo.

La voz de Lu Fengzhou llegó suavemente desde el interior del auto: __ Lo lavas si lo ensucias.

Mingwei se quedó atónito por un momento, y repentinamente pensó que sería una buena idea poder lavarlo personalmente. Al usar el lavado el auto como excusa, ciertamente, se le desbloqueaba otra oportunidad para volver a ver a Lu Fengzhou.

Es más, había trabajado antes en un autolavado y era muy hábil en el oficio.

Mingwei abrió la puerta del asiento de pasajero, con la intención de inclinarse para sentarse. Después de que el conductor prendiera el auto, al percatarse de la dirección y la ruta que le eran familiares, se acordó de preguntar: __ ¿Hacia dónde vamos?

__ Te llevaremos de vuelta a tu trabajo, dijo Lu Fengzhou.

Mingwei no había dicho nada, pensando rápidamente en su mente. Llevaba poco tiempo en el auto y, ya tenía que bajarse antes de que su trasero tuviera tiempo de calentarse, por lo que, naturalmente, se mostró extremadamente reacio.

Se arremangó el uniforme para dejar al descubierto los grandes moretones en sus brazos, sostuvo su brazo herido, soplando suavemente en el lugar de la herida.

Los ojos de Lu Fengzhou rápidamente miraron, __ ¿estás herido?

Mingwei hizo una pausa cuando escuchó el sonido, por lo que, procedió a bajarse las mangas con una expresión ligeramente nerviosa, la tela de las mangas rozó la herida, frunciendo el ceño, y respirando hondo.

Al segundo siguiente, levantó la cara con calma, y entre susurro respondió: __ Estoy bien, solo déjame en la entrada de la casa club.

Por un momento, los ojos de Lu Fengzhou se clavaron ligeramente a un lado de su cara, aunque no se podía oír mucha emoción en su tono, dijo, __ ¿realmente te encuentras bien?

__ Estoy bien, respondió Mingwei obedientemente y, después de hablar, levantó el brazo derecho para demostrárselo.

Inesperadamente, la manga del brazo derecho parecía estar aún peor, el puño estaba arrugado y pegado en el antebrazo, le faltaban uno cuantos botones y la tela blanca estaba manchada de un llamativo color rojo sangre.

Mingwei levantó tardíamente la mano para cubrir la mancha de sangre, con las pestañas medio caídas, mostrando su molestia y desconcierto.

Un ligero indicio de preocupación e interés cruzó por el rostro de Lu Fengzhou, en tanto, decía con calma: __ Estás malherido, te llevaré al hospital.

No más negación ni rechazo, Mingwei inclinó la cabeza obedientemente y en silencio. La luz que entraba rápidamente por la ventanilla del coche aterrizando sobre su cabello, y el aliento que emanaba de su cuerpo era como cada mechón de su cabello, que parecía suave y dócil.

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