CAPÍTULO 59: 'GALA BENÉFICA'

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Ming Chenxing colgó rápidamente la llamada desde el otro extremo, mientras Lu Fengzhou le aplicaba el ungüento medicinal, se levantó, sacó un pañuelo para limpiarse los dedos, al levantarlo de las sábanas, y percatarse que no había rastro de dolor en su rostro, no pudo evitar entrecerrar los ojos, y preguntar: ___ ¿Contestaste el teléfono?

Frente a su mirada impredecible, Mingwei ya estaba preparado para ser regañado, Mingwei se incorporó de la cama, fingiendo ser estúpido, bajó la cabeza y admitió su error en voz baja: ___ Accidentalmente presioné el botón equivocado.

Lu Fengzhou lo miró fijamente sin hacer comentarios, pero contrariamente, por un momento dejó escapar un bufido de incertidumbre, sin saber si creía o no en sus palabras.

Para mejorar la credibilidad de sus palabras, Mingwei tomó la iniciativa de mostrarle su viejo teléfono móvil. Su rostro estaba lleno de vergüenza e inquietud: ___ Nunca he usado un teléfono como el tuyo, tampoco soy muy bueno usándolo.

Lu Fengzhou siguió su explicación, en tanto, miraba el teléfono que había levantado___

Aunque apenas podía considerarse un teléfono inteligente, a juzgar por el cuerpo grueso y pequeño del teléfono, así como por la carcasa que estaba muy desgastada, y con la pintura descolorida, probablemente se trataba de un modelo descontinuado que se lanzó hace muchos años.

No era para nada exagerado describirlo como una reliquía.

___ Dame el teléfono ___, extendió su mano hacia Mingwei.

Mingwei le entregó su celular sin motivo aparente.

Lu Fengzhou no extendió la mano para tomarlo, pero le recordó con cierta impaciencia: ___ el mío.

Mingwei rápidamente agarró su teléfono, y se lo devolvió.

Lu Fengzhou tomó su teléfono, y lo desbloqueó, luego llamó a Yang Yu, pidiéndole que le enviara el último modelo de celular, después de unas pocas palabras de explicación sencilla, Lu Fengzhou colgó el teléfono y se levantó de la cama, como si hubiera olvidado por completo lo que acababa de pasar, instándolo en un tono normal: ___ Ve a cepillarte los dientes, lávate la cara primero, y luego baja a desayunar.

Mingwei quedó atónito en la cama, incapaz de confirmar mentalmente por un momento si Lu Fengzhou realmente se había olvidado de que él contestó la llamada, o si desde el principio nunca se le había ocurrido darle tanta importancia a este asunto.

Media hora después, bajó al comedor a desayunar, los dos se encontraron cara a cara en el mesa, cuando la otra persona le dio la espalda a Lu Fengzhou, su rostro se llenó de resentimiento, pero cuando miraba a Lu Fengzhou, su rostro volvió a su encantadora y amable expresión normal.

Después del desayuno, Lu Fengzhou llevó a Ming Chenxing a la empresa, mientras Ming Wei recorrió el patio un par de veces. En su trayecto, lo detuvo la ama de llaves que estaba en el piso de arriba, quien se paró en el balcón del segundo piso, gritándole: ___ Xiaowei, casi se me olvida decirte que cuando estaba lavando la ropa hace unos días, saqué una pancarta del bolsillo de tu pantalón, ¿todavía la quieres?

Mingwei no podía recordar de que pancarta le hablaba, por lo que levantó la cabeza confundido y preguntó: ___ ¿Cuál pancarta?

___ Quédate ahí y no te muevas, iré a buscarlo, ya te lo muestro ___. Después de eso, la tía se giró y salió del balcón.

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