CAPÍTULO 75: 'COMPROMISO'

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Después de comer, ambos volvieron al coche. Lu Fengzhou, que aún recordaba con claridad la dirección en la que había estado antes, le envió directamente de vuelta al antiguo casco urbano de la ciudad. El coche entró lentamente por la entrada del viejo callejón, y finalmente volvió a estacionarse en el mismo lugar que la última vez. Desde el punto de vista de Lu Fengzhou, Mingwei vivía en el piso que no tenía ninguna luz encendida. Inclusive Su Yuanna parecía no haber regresado a casa todavía.

Al observar este detalle, retiró la mirada con expresión ligeramente pensativa.

Sin darse cuenta de dónde se posaba su línea de visión, Mingwei giró la cabeza para darle las gracias y se desabrochó el cinturón de seguridad, con la intención de abrir la puerta y salir del coche, pero fue llamada por Lu Fengzhou desde el asiento del conductor, expresando sin decir más palabra: ___ Ese plato de wontons de hace un momento estaba un poquito salado.

Mingwei detuvo en sus manos la acción de abrir la puerta, se volvió para exponer los hechos: ___ Ah, el mío no estaba salado.

La pobre razón se derrumbó en el acto, la cara de Lu Fengzhou no se inmutó en lo más mínimo, ___ ¿solo el mío estaba salado?

Al parecer había cometido un indiscreción con la otra parte, al decirlo como una cuestión de rutina, la actitud de Mingwei finalmente aflojó un poco, ___ ¿necesitas que vaya a comprarte una botella de agua?

___ Con un vaso será suficiente ___. Lu Fengzhou lo miró, enfatizando con voz débil.

En las tienda de conveniencia no venden agua en vaso, al no reaccionar inmediatamente, los ojos de Mingwei brillaron con una ligera emoción confusa.

Lu Fengzhou no se enfadó, solo levantó ligeramente las cejas, recordándole sin cambiar de expresión: ___ El vaso de agua que me serviste la última vez, olvidé bebérmelo antes de irme.

Dicho esto, por mucho que Mingwei se contuviera para no pensar demasiado, finalmente escuchó sus descaradas palabras. Aparentemente incapaz de pensar en una razón para poder rechazarlo definitivamente, Mingwei finalmente lo invitó a entrar al departamento. Nana, que aún no había terminado su trabajo, no estaba en casa, así que Mingwei fue el primero en abrir la puerta y entrar en el recibidor, tocando el interruptor de la pared para encender las luces. Sin intercambiar demasiadas palabras con Lu Fengzhou, se dio la vuelta para ir a la cocina en busca de un vaso para servirle un poco de agua.

Lu Fengzhou se quedó parado en el umbral de la puerta, su voz era grave mientras abría la boca para llamarlo: ___ Weiwei, ¿no vas a invitarme a pasar?

Los pasos de Mingwei se detuvieron, reaccionando medio latido más despacio, dejar a la otra parte parado a fuera le pareció descortés, regresó con una expresión ligeramente vacilante en su rostro.

Lu Fengzhou se quedó quieto sin moverse, con una mirada bonachona ligeramente cabizbaja, sin mucha expresión en su rostro, la luz y la sombra cortaban justo en el puente alto de su nariz, dividiendo el contorno de su cara en dos mitades, la mitad expuesta a la luz brillante, y la otra mitad oculta en la silenciosa oscuridad. Además, la habitual mirada fría y severa de su rostro, quedaron reducidas a nada, completamente disipadas en este juego silencioso y borroso de luces y sombras.

No sabría decir qué tipo de sentimiento inexplicable surgieron, pero fue en ese instante cuando Mingwei se dio cuenta de repente, con una claridad sin precedentes, de que la persona que tenía delante estaba tomando la iniciativa de rebajar su postura hacia él. Esta versión de Lu Fengzhou, en los últimos dos meses que había estado con él 24/7, Mingwei jamás la había visto. Tratando de encajar todo correctamente en su mente, Mingwei se agachó y abrió la zapatera, buscando un par de pantuflas desechables para que el otro las usara.

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