CAPÍTULO 71: 'ACUDIR A LA CITA'

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Después de que el subordinado terminara la presentación de su informe y saliera de la oficina, se percató de que Mingwei estaba demorándose en la sala de descanso, Lu Fengzhou abrió la puerta y entró a buscarlo, ___ ¿Por qué no has salido aún?

Guardándose de nuevo el celular en el bolsillo, Mingwei se giró hacia la puerta. Al ver a Lu Fengzhou todo altivo y gallardo bloqueando la entrada, aparentemente sin intención de abrirle paso, tuvo que detenerse y mirarlo con un ligero toque recordatorio bajo la mirada.

Lu Fengzhou había recibido claramente el recordatorio en su mirada, pero seguía de pie junto a la puerta, ajeno a todo, con los ojos llenos de escrutinio mientras abría la boca para preguntar: ___ ¿Por qué te escondiste hace un momento?

Mingwei guardó silencio durante un segundo, y respondió sin inmutarse: ___ No es apropiado que el presidente Lu se comporte de esta manera.

Tras decir esto, volvió a hacer una señal con la mirada para indicarle a la otra parte que le cediera el paso. La cara de Lu Fengzhou no tenía muy buen aspecto mientras se apartaba de la puerta, observando a Mingwei pasar a su lado sin dedicarle una segunda mirada, su línea de visión deslizándose por el perfil de su rostro un par de veces, y las fluctuaciones se intensificaban en su mente mientras fruncía el ceño. Al ver a Mingwei alejándose cada vez más sin mirar atrás, finalmente dejó de contenerse, en cambio, alargó la mano para sujetar la muñeca de Mingwei con expresión cambiante.

___ Te pido disculpas por lo de la chaqueta ___. Barriendo su línea de visión hacia el rostro aparentemente impasible de Mingwei, Lu Fengzhou no pudo evitar fruncir las cejas: ___ También te pido disculpas por haber perdido los estribos aquella noche.

Evitando conscientemente la mirada que le lanzaba, la mirada de Mingwei bajó ligeramente sin contestar.

___ Según el contrato firmado originalmente, aún falta un mes para que termine la relación ___. Con una ligera pausa en su tono, la voz de Lu Fengzhou era baja y profunda mientras, exigía: ___ Durante el resto de este mes, me gustaría que volvieras a vivir conmigo en la mansión Lu.

Aunque se había anticipado a los pensamientos de Lu Fengzhou, no esperaba que la otra parte se lo hiciera saber tan tajantemente, por lo que Mingwei no pudo evitar levantar la cabeza, y barrerlo con la mirada.

Vagamente, desde su reticencia, sondeó el pensamiento de que quería abrir la boca para negarse, sin darle oportunidad de hablar, los delgados dedos de Lu Fengzhou que le sujetaban se tensaron lentamente: ___ ¿Qué quieres?

Inesperadamente, que hiciera la pregunta de esta manera, en lo profundo de la mirada de Mingwei surgió una emoción claramente obvia. Como sin importar lo que quisiera, ¿estaría Lu Fengzhou dispuesto a dárselo?

___ ¿Dinero? ¿O una casa? ___ El interrogativo tono habitual de Lu Fengzhou cayó en sus oídos, ___ Puedo darte lo que quieras.

Mingwei se dio cuenta entonces de su excesiva ingenuidad, lo que él realmente quería, podía ser que Lu Feng Zhou jamás se lo dé, y lo que Lu Feng Zhou podía darle probablemente sería lo que él jamás esté dispuesto a aceptar.

___ No quiero dinero ni una casa ___. Sacudió la cabeza, ___ y tampoco quiero seguir en este juego contractual con el presidente Lu.

Cuando de repente lo escuchó describirlo como un juego, el corazón de Lu Fengzhou se llenó de una oleada de leve ira. Sin embargo, cuando se calmó, mientras pensaba en ello, la descripción de Mingwei no parecía equivocada, incluso cuando inicialmente se acercó a Mingwei para firmar el contrato esa había sido la excusa que decidió utilizar, el propio Lu Fengzhou también lo creía así. No entendía de dónde venía su ira, y no tenía forma de desahogar esas emociones desde el fondo de su corazón, y al final, solo podía observar con el rostro tenso cómo Mingwei tiraba de su brazo y pasaba de largo ante sus ojos.

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