CUANDO ES REAL

CAPÍTULO 66: 'ERES TÚ'

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Nana salió relativamente temprano, Mingwei se sentó en el auto, mirando la hora, el teléfono mostraba que ni siquiera eran las diez. Probablemente, porque participaba a menudo en estos banquetes, Nana podía afrontarlos con facilidad y ya había aprendido a salir de la situación.

Volvieron en coche con destino a la casa de Nana, pero, cuando llegaron a la altura del casco antiguo. Desde el estudio, tomaron la carretera principal de la ciudad, mientras que desde aquí hasta el casco antiguo, la navegación les llevó directamente por carreteras alternas remotas, y deshabitadas para acortar la distancia hasta la casa. El coche dio tumbos, y se sacudió en aquella carretera alterna durante un buen rato antes de volver a incorporarse a la enorme carretera asfaltada.

Mingwei se sentó en el asiento del copiloto, mirando por la ventanilla, al principio no le resultaron familiares los árboles y las casas del borde de la carretera, hasta que se fueron acercando cada vez más al cementerio, entonces lo recordó como si despertara de un sueño.

Cuando acababa de regresar del extranjero, también vino solo al cementerio de día, incluso la línea de autobús de hacía cuatro años seguía circulando actualmente, solo que el paisaje a lo largo del camino era muy diferente al de hacía cuatro años. El desierto cubierto de maleza se había transformado gradualmente en un conjunto de edificios ondulantes a lo largo de los años, y el camino fangoso y desigual de hace cuatro años había desaparecido hace mucho tiempo.

Lo único que no había cambiado era el cementerio, que había permanecido en su ubicación original. Si no hubiera estado aquí hace unos meses, Mingwei no habría reconocido esta carretera ahora. En el cruce situado a menos de quinientos metros del cementerio, el navegador les indicó que giraran por la carretera de la izquierda.

Escaneando con la iluminación, vio que Nana ya estaba girando el volante, y Mingwei giró la cabeza para mirarla, y habló: ___ Después de doblar la esquina, puedes dejarme al costado de la carretera, me gustaría ir al cementerio que está más adelante.

___ ¿Ahora? ___ Deteniendo el movimiento de sus manos, Nana preguntó en tono sorprendido.

Mingwei asintió: ___ Está de camino.

___ Entonces, déjame llevarte ___. Nana condujo el coche de vuelta directamente por la carretera.

Al ir al cementerio a altas horas de la noche para visitar a un ser querido fallecido, Mingwei originalmente pensó que probablemente sería el único allí. Inesperadamente, cuando llegaron a la puerta del cementerio, había otros vehículos aparcados en el espacio abierto frente a la puerta. Antes de bajar del coche, Mingwei miró deliberadamente la matrícula del coche privado. No era para culparlo por ser demasiado precavido, una noche como esta se había encontrado con Lu Fengzhou en el club, y hace cuatro años, tras regresar a China, se había encontrado con Lu Fengzhou, también en este cementerio. Solo que el número de matrícula de aquel coche no era ninguno de los que Mingwei había visto en la casa de los Lu, sin pensar más en Lu Fengzhou, volvió la cabeza y abrió la puerta para salir del coche.

Nana había tenido la intención de quedarse en el coche y esperarlo, inseguro de cuánto tiempo iba a quedarse, Mingwei dejó que condujera ella misma de vuelta. Al ver su capacidad para defenderse, Nana dejó de insistir, y se fue sin más.

Mingwei cruzó la puerta del cementerio, percatándose que la pequeña floreria del campo santo seguía abierta, entró en el local y compró un ramo de crisantemos blancos, y luego subió las flores a la colina para encontrar la lápida de su madre. Bajo la oscuridad de la noche en el cementerio, el viento vespertino era silencioso, las lápidas se erigían silenciosas en el rico color nocturno. Al final de su campo de visión, no había ninguna silueta caminando, solo las distantes y densas sombras de los árboles que se superponían balanceándose en la oscuridad.