CUANDO ES REAL

CAPÍTULO 64: 'ENCUENTRO'

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Dos horas más tarde, cuando Lu Fengzhou bajó a desayunar, se enteró por el mayordomo de la partida de Mingwei.

El desayuno ya estaba en la mesa del comedor, pero nadie más apareció. Lu Fengzhou tomó asiento en la mesa del comedor, y su mirada se dirigió distraídamente hacia el asiento de enfrente.

Allí era donde se sentaba a menudo Mingwei, pero en ese momento estaba vacío.

Al recordar los acontecimientos de la noche anterior, el rostro de Lu Fengzhou se fue enfriando gradualmente. Había sido indulgente con Mingwei en muchas ocasiones, pero esta vez, la otra parte había sobrepasado su límite.

Lu Fengzhou no podía restregarse arena en los ojos cuando se trataba de la forma en que trataba a Mingwei.
No importaba cómo la otra parte muestre su lástima y pretenda ser estúpido, o cuán persistentemente le suplique perdón, nunca volverá a ser bondadoso, tampoco permitiría que Mingwei se quedara con él, incluso si Mingwei estaba renuente a irse, tenía que irse.

Hizo una seña al mayordomo que custodiaba el comedor,  mientras espetaba con rostro serio e indiferente: ___ Ve a llamarlo, y dile que baje.

La expresión del mayordomo se detuvo ligeramente, luego se inclinó, para preguntarle: ___ ¿Desea que vaya a llamar al Joven Maestro Xingxing?

Sin asentir ni negar, Lu Fengzhou levantó la mirada con impaciencia, mirándolo con caa de pocos amigos. Al ver la mirada, el mayordomo se dio cuenta inmediatamente de que había supuesto erroneamente de persona, con respeto, pero un tanto sorprendido, preguntó: ___ Entonces, ¿se refiere al señorito Wei?

Lu Fengzhou bajó la mirada, removió el café negro de su taza, como confirmando su segunda respuesta. La expresión de sorpresa aumentó en el rostro del mayordomo, considerando cuidadosamente sus palabras, explicó: ___ Joven amo, el señorito Wei se ha ido.

La cucharita con la que revolvía se detuvo abruptamente, raspando fuertemente contra el fondo liso de la taza de cerámica, produciendo un sonido de fricción penetrante y agudo en todo el comedor.

___ ¿Se ha ido? ___ Los ojos repentinamente oscuros de Lu Fengzhou se clavaron en su rostro, sus cejas inconscientemente se fruncieron profundamente. ___ ¿Dijiste que se ha ido?

El mayordomo asintió con una ligera vacilación, ___ efectivamente, se ha ido.

Lu Fengzhou no dijo nada, las yemas de los dedos que sostenían la cuchara se apretaron fuertemente, en lugar de mostrar una expresión de felicidad a medias, su rostro se llenó de una mirada hosca como si una tormenta estuviera a punto de gestarse. Al cabo de unos instantes, se levantó sin previo aviso y abandonó la mesa, envuelto en un cuerpo lleno de enfurruñamiento reprimido, se dio la vuelta, retirándose del comedor a grandes zancadas. El mayordomo le siguió con incertidumbre, pero debido a su avanzada edad y a la lentitud de sus pasos, solamente tuvo tiempo de ver la espalda de la otra parte mientras subía las escaleras.

Lu Fengzhou se dirigió directamente a la habitación donde se había alojado Mingwei. La puerta de la habitación no estaba cerrada, así que levantó la mano, empujándola. Acompañado por el sonido de la puerta golpeando contra la pared, toda la habitación vacía y desocupada se reflejó en su visión. La maleta familiar junto a la pared había desaparecido, y el armario había vuelto a su aspecto vacío original. Había claros rastros en las sábanas de haber sido usada, pero la colcha estaba pulcramente doblada en la cabecera de la cama, como si nadie fuera a volver a usarla. También había dejado un par de ropa de cama que era exclusivo de Mingwei, un juego de pijamas que en su día fueron desabrochados por las manos de Lu Fengzhou, y ahora también estaban pulcramente colocados al final de la cama, señalando claramente que el dueño se había marchado.