Un poco de BSDM

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¿Quién no ha visto, no ha oído hablar de la película Cincuenta sombras de Grey, basada en la novela de E

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¿Quién no ha visto, no ha oído hablar de la película Cincuenta sombras de Grey, basada en la novela de E.L. Jam?

Bueno, BSDM es el término que abarca un grupo de prácticas y fantasías eróticas, cuyas siglas significan Bondage; Disciplina y Dominación; Sumisión y Sadismo; y Masoquismo. Son una serie de prácticas y aficiones relacionadas entre sí y vinculadas a lo que se denomina sexualidades no convencionales o alternativas.

Esteban disfrutaba de esas prácticas. Le parecía lo más placentero del mundo y sabía que Marcia también lo disfrutaría. Era una mujer dominante, pero en la cama solía ser sumisa, se dejaba hacer, pero cuando le tocaba complacer, lo hacía bastante bien.

Él se sentía ansioso por devorarla, por explotar su sexualidad, por sacar su frustración y qué mejor manera que hacerlo con ella, de una forma en que ella también lo disfrutara.

- Eso fue...

- Y aún falta – va por su corbata.

Sin darle tiempo para responder la ató de las muñecas y la hizo apoyarse en sus rodillas. Mientras ella lo miraba con curiosidad, él se colocó detrás de su cuerpo inclinándola haciendo que también apoyara su peso en sus antebrazos quedando totalmente expuesta ante él.

Amasó sus glúteos como señal de lo que se venía; fue pasando sus manos por todas sus nalgas y comenzó a azotarla. La primera nalgada fue sorpresiva para ella, un gemido salió de su boca y después rio. Tras unos minutos de azotes seguidos, decidió que el rojo de su piel era suficiente. Le permitió unos instantes de calma haciendo que se recostara y subiéndose encima de ella.

Así completamente boca abajo y él restregando su erección en la misma zona que hace unos momentos torturó, comenzó a dejar besos por su cuello y espalda. No era que tuviera un ritual con reglas establecidas, pero esa noche había decidido ser rudo con ella, no permitiría que se asustara, además de que jamás dejaría de adorarla y demostrarle que la deseaba.

Nuevamente la colocó de rodillas, para después bajarse de la cama y colocarse frente a ella. No se necesitaba ser muy lista para saber lo que le estaba pidiendo. La pelirroja soltó un leve jadeo antes de unir su lengua con la erección y comenzar a jugar con ella.

La dejó experimentar recibiendo pequeñas lamidas, leves succiones y apretones, hasta que se hartó. Tomó su cabello en forma de coleta y se introdujo en su cavidad bucal.

¡Puta madre!

No podía con esos ojos verdes oscuros por el deseo, viéndolo. Tuvo que salirse antes de correrse, pero le fue inevitable, por lo menos alcanzó a no hacerlo en su garganta.

Sabía que era un castigo, pero a ese punto estaba tan sumergido en el deseo que necesitaba saborearla y eso hizo. La tumbó sobre la cama aun atada y paso su lengua por toda su excitación. Lamio, chupo hasta sintió que llegaba al límite, paro.

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