Lo que en mi sueños le pedía a la vida

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- ¿Por qué me preguntas eso?

- Mi papá vendió su empresa – continuaba mirando a la nada – tú papá no podía salirse con la suya – voltea a verlo - ¿la amabas? Digo, si me hubieras amado lo suficiente, quizás me hubieras buscado y hablado de la verdad.

- No es así de fácil...

- Porque la amabas.

- Por supuesto que le amaba – la vio bajar la mirada al piso – aprendí a amarla. Si continúe con ella fue por cobarde; temía que me rechazaras o que mi papá hiciera algo nuevo – humedece sus labios – además, ella estaba embarazada.

Embarazada... ¿quise decir que estuvo con ella mientras aún tenía una relación con Marcia? A este punto se había arrepentido de haberle hecho esa pregunta, lo único que había ganado era que su corazón se fuera apachurrando, poco a poco "¿La amabas?" ¡Idiota!

- Sé lo que estás pensando... - continua.

- ¿Ah sí? – respira hondo antes de subir la mirada a la suya - ¿qué es lo que estoy pensando según tú?

- Que te fui infiel con ella – la escucha bufar – Marina no es mi hija, hija biológica porque eso no significa que no la ame como tal.

Tenía las suficientes razones como para no creerle, no quería creerle, porque aun con todo el dolor con el que estuvo viviendo por diez años, el amor que sentía por él era igual o más intenso que este otro sentimiento.

- Nunca te olvidé – vuelve hablar después de un rato en silencio – solo aprendí a vivir con tu ausencia, soportando los recuerdos y buscándote entre mis sueños; pero si todavía te quedan dudas, eres y seguirás siendo lo que en mis sueños le pedía a la vida.

"...eres y seguirás siendo lo que en mis sueños le pedía a la vida..."

Flashback

- Marcia – la toma del rostro – te amo – le roba un beso – no me cabe duda que eres lo que en sueños le pedía a la vida.

- Hablas demasiado.

Hizo que se callara con un beso que le abrió paso a la pasión desenfrenada en dos cuerpos insaciables.

Fin del flashback

- Vete... - pide como le fue posible, la inundación de lágrimas en sus ojos le ocasionaron un nudo en la garganta que le impedía hablar.

- Marcia...

- ¡Vete!

Esteban caminó hacía la puerta lo suficientemente lento como para alcanzar a escuchar un sollozo salir de su boca. ¡Miserable! Así se sentía, un miserable que lo único que sabía hacer era hacerla llorar, que bonita profesión.

Se mantuvo parado frente a la puerta debatiéndose en si regresar con ella o simplemente dejarla. Volteó hacía donde ella estaba y pudo notar como Marcia yacía en el suelo en posición fetal con un llanto devastador, pero silencioso. Podía sentir como las vibraciones de los espasmos de su cuerpo alcanzaban a erizarle cada poro de su cuerpo.

Regreso... regresó y la tomo en brazos para sentarse en el sofá y consolarla; al final de la noche eran ellos dos, solos, llorando por un amor que no pudo ser.

Quizás, los dos se equivocaron.

Aunque ya no lograron cumplir todas esas promesas que se hicieron, aun se guardan cariño. Las cosas salieron mal porque no tenían rastro de un futuro juntos; los dos querían pensar que aún no era su momento o simplemente los dos se equivocaron, pero nunca se olvidaron, lo que alguna vez construyeron, lo que intentaron y lo que jamás lograron.

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