Negativo

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Hay muchas cosas que no te digo, lugares que no sabes que te dedico.

El sol, los cielos despejados, las nubes y sus figuras, cuando la luna se asoma, los campos de girasoles, en fin... a veces te dedico (todos) los atardeceres.

Tú y yo, caminando por la orilla de la playa.

Tú jugando con las olas de mar y no dejando que el agua te moje.

Yo, solo observando tus locuras, riendo como un completo estúpido y admirando tu figura frente al océano.

Definitivamente no falta voltear hacia las olas para darme cuenta que tú eres mi mar.

- ¿A dónde vas? – la detiene por la cintura.

- Creo que las niñas ya despertaron – sonríe.

- Deben estar con mis hermanas – besa su hombro – quedémonos un ratito más así.

- Esteban...

- Anda – insiste.

Después del caótico día en que descubrieron la realidad, la noticia comenzó a correr como agua. Marcia desde la necesidad de proteger a las niñas, decidió que era una buena idea sacarlas de la ciudad; las llevó a la playa.

Siempre vio el mar como una terapia. Solía ir a él, sumergirse en su densidad y pedirle con palabras que se llevara todo lo malo; eso la hacía sentir libre, así que se lo compartiría a las niñas. Ellas no tenían idea de lo que estaba pasando, así que solo significó unas pequeñas vacaciones, para los adultos no. Se llevaron a Lucrecia e Inés con la intención de que ellas también se liberaran de sus tensiones, en lo que se llevaba a cabo el proceso jurídico de Hernán Lombardo.

Llevaban ahí aproximadamente tres días, por suerte, había sido puente largo por el tema del Consejo Técnico y día feriado. Estaban pasando días muy agradables, realmente la idea de la pelirroja había funcionado, todos parecían olvidar lo trágico que habían sido los últimos siete días; ni hablar del moreno que se sentía en un sueño total.

Tenía a sus hijas, sus hermanas y al amor de su vida juntas en un mismo lugar, compartiendo y conviviendo.

La vida comenzaba a sonreír.

- Mar, ¿podemos ir al mar?

- ¿Tan temprano? – sonríe.

- ¡Sí! – dicen al unísono.

- Yo las llevaré un rato antes de que el sol se ponga muy fuerte, luego regresaremos y estarán jugando aquí ¿de acuerdo?

A las tres mujeres les vino genial que Esteban fuera quien se llevara a las niñas, pues había algo que las tres querían verificar. Desde hace días Marcia tenía la ligera sospecha de que el deseo de Esteban estaba por cumplirse, lo que le parecía totalmente ilógico porque estuvo aplicando su inyección anticonceptiva juiciosamente y tenía poco tiempo desde que había aplicado la última sesión, antes de que comenzara su periodo de détox y desde entonces habían estado usando preservativos. Aun así, tenía que salir de la duda pues estaba sintiéndose mal constantemente y todos los malestares se trataban de síntomas de embarazo, sumándole de que Esteban estaba sumamente insistente con eso.

- ¿Conseguiste la prueba?

Marcia tuvo que recurrir a Inés para pedirle de favor que le consiguiera una pues ni las niñas ni Esteban la dejaban sola por un instante, si llegaba a desaparecer, inmediatamente uno de los tres ya la andaba buscando. La idea era que la sospecha solo quedara entre ella y la menor de los Lombardo, pero Lucrecia estaba en el baño cuando la pelirroja entro y le contó a Inés sobre la sospecha, le tocó escuchar todo, así que fue ella misma quien se ofreció para ir por ella.

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