➽ ℍ𝕖𝕒𝕣𝕥 𝕋𝕠 ℍ𝕖𝕒𝕣𝕥 ➽ 『 Grass Knucles X Rustbolt 』[FINALIZADO]

⟬8⟭

───── ❝ 𝓢𝓷𝓸𝔀𝓯𝓪𝓵𝓵 ❞ ───── 𝒪𝓃𝑒𝒽𝑒𝒶𝓇𝓉  𝓍  𝓇𝑒𝒾𝒹𝑒𝓃𝓈𝒽𝒾

Con la aprobación del funji, el zombi ya no se sentía tan agobiado ni amenazado. Comenzó a enfocarse en el bonk-choi, poniendo atención a cada pequeña cosa que hacía, cada gesto que ponía y cada sonido que emitía, memorizándolo y almacenándolo cuál disquete en su memoria.

Hace años, ese comportamiento se había repetido con alguien que amó, ahora esa sensación dolosa de volver a poner esa atención en alguien se desvaneció con la llegada del bonk-choi. Era como un pequeño milagro...

Cada cosa de él era atractivo, incluso la más pequeña: cuando algo le gustaba sus pupilas se dilataban suavemente y sus hojas se levantaban con suavidad; cuando estaba molesto sus hojas se enroscaban y se esponjaban cual dagas; sus pequeños puños tenían la textura de una tela de algodón recién hecha. Todo ese tipo de atención estaba destinada al bonk-choi.

Si quería establecer que sus intenciones estaban siendo románticas, tenía que simplemente empezar lento. Pequeños abrazos, pequeñas caricias y pequeñas palabras para sentar bases. En ese momento no importaba nada más que el bonk-choi aceptando sus gestos mientras el zombi se enfocaba en hacerle saber su pequeño enamoramiento.

Todo lo bueno tiene alguna parte mala, sin duda alguna, el miedo seguía ahí pero el bonk-choi le calmaba significativamente el estar asustado de ser torturado. Esa noche no fue distinto, como el funji ya sabía que el mismo bonk-choi estaba con el zombi se limitaba a dejarlo dormir ahí así que esa noche se pudo ver a dos pequeñas vidas riendo mutuamente debido a las anécdotas.

Cuando era hora de acostarse a dormir el zombi expresó sus inquietudes.

— ¿Sabías que hay una ley que nos mata, literalmente, si convivimos con una planta? No me importa morir de nuevo mientras te tenga junto a mi — Dijo el zombi sosteniendo y abrazando firmemente al bonk-choi cerca de su pecho.

— A nosotros nos obligan ver al zombi morir frente a nosotros como forma de trauma.

Ambos se abrazaron y rieron.

— Que horribles bandos tenemos.

Confesaron mutuamente mientras el bonk-choi miraba a Alan.

— ¿A que venía ese tema tan de repente?

Preguntó mientras el zombi suspiraba, se aferró a la hierba y se levantó con una sonrisa.

— Espera un momento aquí, iré por algo.

El bonk-choi asintió mientras el zombi se levantaba con una sonrisa; se dirigió a la cocina y sacó de un pequeño jarrón algunas flores silvestres de un llamativo color amarillo. Se acercó a las escaleras antes de recibir un pequeño mensaje; al tomar su celular y al apreciar de quien era, mordió sus labios.

"¿Sigues discapacitado, Alan?"

"Si, aún me duele"

"Entiendo. ¿Estás libre mañana por la manaña?"

"No, perdón."