Capitulo dieciséis.

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Narración de Lena.

Sentí el peso familiar de su cuerpo acomodándose en la cama, girando para abrazarme con una ternura que siempre me conmovía. Valoraba profundamente ese contacto, esa conexión que trascendía la mera proximidad física y tocaba los confines de mi corazón. Su respiración era tranquila, relajada, como si nos hubiéramos transportado a un lugar distante donde todo lo demás se desvanecía. Colocó su mano en mi vientre y supe, en ese instante, que no lo hacía solo para complacerme. Kara anhelaba una familia tanto como yo. Nuestra propia familia.

Lena: Te ruego que nunca te alejes de mí, no creo que pudiera soportar la vida sin ti.

Kara: Creo que sí podrías.

Lena: ¿Acaso uno puede sobrevivir estando lejos del amor de su vida? - Ajustó su abrazo, aferrándose más a mí. - No podría despertar y saber que estás lejos, que ya no eres mía, que lo nuestro se ha fracturado. Superar no es vivir con la idea de que esa persona se ha ido y seguir con tu vida. Vivir no es fingir. No podría sumergirme en el trabajo diariamente, convivir con Kieran y luego, al acostarme, sentir ese vacío tan asfixiante, tan doloroso. Cerrar mis ojos sabiendo que si tomo mi celular, es posible que tú no respondas. ¿Crees que podría olvidar tu cumpleaños? ¿Nuestra fecha especial? ¿Todos nuestros momentos de risa, molestia, provocaciones? No, yo creo que no. No podría sacarte de mi mente, olvidarte, dejarte partir sabiendo que serás feliz, que eso es lo que mereces, pero que por mis actos, por mí, no puedo estar ahí, formar parte de eso. Y solo por consuelo, debería sumergirme en el trabajo y en una responsabilidad maternal. Esa forma de sobrevivir sería terrible. Tanto que debería huir, lejos.

Kara: ¿Por qué este tema ahora?

Lena: Tal vez solo quiero hablar. ¿Tú podrías vivir sin mí?

Kara: Si me obligas a ello por no escucharme, sí. - Soltó una respiración pesada. - He perdido muchas cosas que he amado. Perderte a ti no lo considero una opción, no ahora, nunca. - Aclaró. - Pero si me pierdo en busca de aceptación o paz debido a cualquier acción, tuya, mía o nuestra, creo que aceptar tu decisión haría todo más sencillo. No digo que viviría feliz, pero conseguiría algo parecido. No puedo permitir que me rompan, no así. Tengo demasiadas heridas, creo que podría confiar en que vives y estás bien para estar tranquila. Y sé que tus actos no serán malintencionados, dañinos. Si me buscas, estaré para ti, siempre lo estaré. Siempre responderé a ti, porque niegue o no, ahora y siempre, tú serás esa persona especial. Pero sé que nunca me buscarías, Lena, sé que si llamas colgarías de inmediato, reconozco que jugarías conmigo hasta el cansancio, acepto que buscarías a alguien más para reemplazarme en lugar de solucionar tu problema o proponer hacerlo ambas, así que creo que tu dolor no lo causa mi partida sino tú misma.

Lena: ¿Por qué te infligiría tal daño?

Kara: Posees un lado oscuro, eres manipuladora y obstinada. Eres la única que puede despertar ese lado feroz en mí, pero no al extremo de asesinarte, solo lo suficiente para entablar una lucha constante por el poder, por quién tiene la razón, por quién merece el perdón. Como ex parejas, no seríamos amigables. Nos encontraríamos en ese filo precario entre la indiferencia y la enemistad. Sin embargo, creo, y elijo creer, que incluso como enemigas, estarías allí para mí. En algún lugar profundo, muy profundo dentro de ti, podrías escucharme y permitirme ser yo misma. No creo que para conceder una tregua, sino para desahogarme y luego herirme.

Lena: Me percibes de una manera muy cruel.

Kara: Te veo tal como reconozco que eres. Podría idealizarte o afirmar que somos iguales, pero no eres un ángel inmaculado y puro. Tampoco posees la naturaleza malévola para destruir sin compasión y dormir en paz, no podrías soportar la culpa si fueras la villana.

Rivales.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora