Capitulo cuatro "¿Amigos?"

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Por un momento pensó que estaba soñando otra vez pero al sentir la lengua de Alastor entrar en su boca se dio cuenta que era la realidad.

Su beso era ardiente y el agarre de Alastor en su cintura se sentía cada vez más intenso.
El rubio pasó de tomarlo por el cuello a tocar sus mejillas que se sentían algo calurosas.
De un momento a otro Alastor atrajo su cintura juntando sus caderas besandole de manera más apasionada.

- Mmmhh...no espera...

Dijo entre jadeos al sentir las manos de Alastor entrando en su camisa acariciando su espalda, no se había dado cuenta el cuando se la había desfajado.
El rubio aunque estaba algo ebrio era conciente de todos sus movimientos.

- Ehh...
Hizo Alastor y le miró con los ojos pequeños. El si que estaba ebrio.

Lucifer secó el sudor de su frente y la culpabilidad comenzó a invadir su ser.

- Esto no está bien...
Se dijo en un susurro.

- Yo no debo...no debemos.
Desvió un poco la mirada de los ojos de Alastor que le veía confundido.

- ¿Qué pasa Lucí?
Le cuestionó tomándolo por la mejilla para que le mirase otra vez.

- No es nada.
Se aclaró la garganta algo inquieto.

- Ven es tarde, debemos irnos.

Se separó de su agarre tomando su mano para guiarle de regreso a la limusina.

Al llegar al hotel ninguno de los dos dijo nada, ambos se retiraron a sus respectivas habitaciones sin siquiera despedirse.

Ya en su alcoba el rubio se dio una pequeña ducha con la cabeza revuelta, miró el anillo en su dedo y recordó lo que había hecho.
Traicionó a su esposa, a su amada Lilith y lo peor del caso es que no sentía arrepentimiento alguno.

Ya cambiado, se recostó en la cama y en cuanto su cabeza tocó su almohada sus lágrimas empezaron a brotar.
Se había bañado pero todavía se sentía sucio y no sabía por qué.

A la mañana siguiente Alastor se levantó temprano como de costumbre, preparó su mezcla con café y sangre de venado en la cafetera para subir hacer su transmisión matutina de todos los días

Subió las escaleras tranquilamente y cuando llegó arriba se detuvo mirando la habitación de Lucifer al fondo del pasillo, el rubio pensó que por la borrachera de la noche anterior Alastor no recordaría nada pero no fue así, el recordaba todo y había hecho todo consiente de sus actos.
El ciervo soltó un suspiro, lo de la noche anterior solo fue un pequeño dezlis y no había significado nada para el ni para lucifer.

O al menos eso pensaba.

Conforme la mañana avanzaba, todos los miembros del hotel comenzaban a despertar, Lucifer se había levantado temprano para hacer hotcakes, ya que el cocinar le tranquilizaba.
Charlie entró a la cocina saludando con un "buenos días" sin decir nada más ya que no quería distraerle.

Tomó lugar en la mesa a lado de Vaggie y los chicos charlando alegremente.

- Buenos días, ¿Se diviertieron mucho anoche?
Preguntó Charlie con una sonrisa al ver a Alastor entrar a la cocina.
El rubio le miró de reojo sin decir nada.

- La verdad no lo sé, no recuerdo mucho.
Respondió sin más tomando su lugar en la mesa sorprendiendo a los presentes.

- ¿Vas a desayunar con nosotros?
Preguntó Vaggie algo incrédula.

- No sabía que te gustaban los hotcakes, nunca quisiste probar los míos.
Se cruzó de brazos Ángel reclamando de manera afligida.

- No, con mi café estoy bien.
Dio un último sorbo a su taza terminando su contenido.

A Tú Merced- AlastorXLuciferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora