Capitulo catorce "El cielo"

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...Tanto que solo luz se extiende a miles de kilómetros a lo lejos, nubes esponjosas rodean los alrededores y...

Se detuvo un momento observando a su pequeña que se había quedado dormida.

Cerró el libro muy despacio para no provocar ruido y se dirigió a la puerta de la habitación no sin antes darle un beso a su hija.

La miró dormir desde el umbral con una tenue sonrisa.

- Solo unos años más y estarás lista...

Susurró cerrando la puerta de la habitación.


















- Arcángel Miguel que alegría verle ¿En donde se había metido?

Un serafín lo recibió con una pequeña reverencia, el castaño soltó un suspiro algo pesado ya que después de pasar dos semanas fuera todavía no se sentía en si para volver al trabajo.

- Descansando...

Respondió sin más apoyando su mano  derecha en su espada como ya era costumbre.

- ¿Ocurrió algo nuevo durante mi ausencia?

Preguntó retomando el paso.

- Oh si,si la señorita Eva pidió hablar con usted hace unos días, debe ser urgente porque a venido varias veces.

El castaño levantó una ceja.

- ¿Eva? Hace siglos que no la veo. ¿Qué querrá?

- No lo sé majestad pero se veía impaciente.

Llegaron a su oficina, encendió las luces y tomó asiento detrás de su escritorio.

- ¿Crees que venga el día de hoy?
Le preguntó estirándose en su silla.

- No lo sé majestad pero le avisaré si es así.

Miguel asintió.

- Puedes retirarte.

El serafín se fue dejándole solo y al poco tiempo llegó su hermano.

- Hey ¿Hoy vamos almorzar?

Entró batiendo sus alas con algo de emoción.

- Por cierto, Luci ya me mandó las fotos de nuestro viaje, deja te las envio hay una donde tu cara se ve muy graciosa.

Le decía mientras revisaba su teléfono.

- Gabs, prefiero que no hables de eso aquí, sabes que tendremos problemas si papá descubre que fuimos a verlo.

El rubio le miró algo decaído.

- Lo sé...pero fue tan increíble verlo que me gustaría que volviéramos a estar juntos otra vez.

Miguel se levantó de su silla acercándose a su hermano.

- Te entiendo y te prometo que iremos a visitarlo otra vez, pero debemos mantenernos al margen ante esto.

Tocó su hombro sonriéndole tiernamente.

- El cielo tiene muchas reglas y debemos respetarlas.

Gabriel estaba a punto de responderle pero el serafín volvió a entrar interrumpiendo su conversación.

- Una disculpa majestad pero...ella está aquí.

Gabriel levantó una ceja.

- ¿Quién?
Se preguntó.

Miguel asintió tomó a su hermano de la mano y lo guió hasta su escritorio.

- Al parecer la señorita Eva pidió verme.

A Tú Merced- AlastorXLuciferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora