21 | SANCTUARY

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Megan se despertó asustada al sentir un temblor que sacudió el piso debajo de ella. Miró con terror a su alrededor, nuevamente se encontraba en la Caja.

Los ruidos de cadenas y poleas resonaban. Se levantó con dificultad y se sostuvo de una pared, mientras el ascensor subía con más velocidad.

--¡Megan!--se escuchó con eco.

La chica levantó su mirada, viendo cómo la Caja estaba a punto de estrellarse contra las puertas encima.

--¡Megan!

Abrió sus ojos de golpe, logrando ver a Thomas frente a ella.

--¡Debemos irnos!--la ayudó a levantarse y bajar del helicóptero, aún desconcertada. Unos hombres tomaron sus brazos y los guiaron hacia las grandes puertas de lo que parecía un refugio frente a ellos.

Se escuchó un ruido lejano en medio del desierto en donde se encontraban y empezaron los disparos.

--¡Hay cranks!--gritó un hombre.

La chica volteó a ver cómo una mujer se acercaba corriendo, recibiendo disparos en su pecho.

En cuanto ingresaron al lugar, las puertas se cerraron detrás de ellos. Todo el grupo se encontraba allí, mirando alrededor a las personas que se encontraban allí. Thomas avanzó tomando la mano de Megan, cuando apareció un hombre frente a ellos, que los guió hacia unas escaleras hasta llegar a un dormitorio con varias literas alineadas contra las paredes.

Todo estaba lleno de colores, Megan sintió que después de la oscuridad en el Área, le dolían los ojos al ver todo eso.

Minho fue el que mejor definió lo que sentían.

--Shuck, larchos. Estamos en el paraíso.

Luego de unos minutos, los llevaron a una habitación que tenía una mesa larga con mucha comida encima. Todos devoraron lo que había encima, pero Megan se había quedado sentada, con la mirada deprimida.

Thomas se acercó a ella y se agachó, entre sus manos tenía un trozo de pizza. Pero pizza de verdad, bien grasosa.

--Por favor, come, Meg--le pidió, casi rogándole. No soportaba verla tan sumida en la tristeza.

--Siento que estoy traicionando a Chuck--susurró ella, casi soltando un sollozo, pero se tapó la boca con la mano rápidamente.

Thomas la obligó a levantarse y luego la sentó en sus piernas con cuidado.

--Meg, estamos aquí gracias a él. No querría que estuvieras así, querría verte feliz porque lograste salir de allí...

--Sí, pero él también tenía que salir--lo interrumpió con rudeza, pero se arrepintió al instante--. Lo siento, es solo que... no tengo mucha hambre.

--Por favor, al menos come esto. Te va a encantar.

La chica agarró la pizza con un intento de sonrisa y, después del primer bocado, empezó a devorarla.

--Dios. No sé si sea la primera vez que como pizza, pero es la más rica que he probado nunca--dijo alegremente mientras se levantaba por otro trozo.

𝐑𝐔𝐍, 𝐆𝐈𝐑𝐋────𝐓𝐇𝐄 𝐌𝐀𝐙𝐄 𝐑𝐔𝐍𝐍𝐄𝐑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora