EXTRA 4: Especial San Valentín

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El regalo

Estos hechos ocurren un año después del epílogo.

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NOEMI

Ser madre sin dudas es algo con lo que una mujer aprende con el paso del tiempo. Desearía que existan colegios o universidades donde te internan para enseñarte como serlo, pero no es así.

Algunas son afortunadas de tener a sus padres durante el largo proceso, en mi caso yo estoy feliz de no tenerlos atormentándome día y noche. Había visto algunas revistas casuales sobre como ellos siguen yendo a sus eventos fingiendo que todo está bien luego de mi escándalo de hace años huyendo con Eden y dejando plantado a Fharid.

Espero ser una mejor madre para mis hijos que ellos conmigo y Derek. ¿Qué será de mi hermano mayor? Me gustaría poder decir que le tengo cariño aún, pero no es así. Él sabia en lo que me estaba metiendo cuando fui esa noche a las carreras y casi muero, lo sabia e igual lo permitió.

Decido no pensar ahora en eso, hoy es un día muy especial para todos.

San Valentín.

Aquel día donde la página de ropa vende más, Pamer está como loca entregando tortas y bocaditos junto con Adonis. Normalmente Victoria suele ayudarlos con la preparación y a entregar para terminar antes.

Me sorprende que puedan ser tan cercanos como mejores amigos para poder haber aceptado tener una hija entre los dos sin ningún vinculo romántico. Eso es demasiado maduro y varias veces les he aplaudido. Normalmente cuando dos personas hacen eso terminan peleadas o uno se enamora del otro, pero en su caso no es así.

Un ruido proveniente de la cocina me sobre salta en el sillón.

Eden está con nuestra hija cocinando algo para el desayuno, ambos insistieron en que yo me quede con Eider entre brazos por lo bebé que es aún. A pesar de que ya tiene más de seis meses luce como un recién nacido.

Me fijo en mi bebé, tiene los ojos cerrados y sus manos pequeñas aprietan la mía chupando uno de mis dedos. Río mientras soplo con cuidado su cabecita peinando su poco cabello, acerco mi rostro al suyo e inhalo el olor que emana, es una mezcla de aceite para bebé y pañal. Su pijama en conjunto azul hace que me enamore aún más de él

Se remueve y por fin suelta mi mano, sus ojos se abren poco a poco mientras le reparto besos por toda su coronilla.

—Buenos días, mi Eider.

Empieza a balbucear mientras me ve con total atención. Acerca su mano a mi pecho y lo tomo como un pedido de que tiene hambre. Le hago caso.

Mientras Eider toma leche cierro los ojos y recuesto mi cabeza contra el respaldar del sillón. Me concentro únicamente en los sonidos y sonrío ligeramente al escuchar la conversación de mi hija con su padre.

—¡Pero yo quiero panqueques! —Lexie reniega.

—Te digo que sí lo haremos, pero primero ayúdame con la ensalada de frutas.

—¡No!

Empiezan a discutir, al parecer Lexie gana porque escucho los huevos reventarse y la batidora sonar. Abro los ojos para ver a Eider y fijarme que no se ahogue con la leche, al parecer ya se llenó.

Me tapo con el vestido de mamá que compre y lo apego a mi pecho con su cabeza en mi hombro para darle palmaditas mientras voy caminando hacia la cocina y se echa sus eructos.

Besos Que Queman [Besos #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora