CAPÍTULO 8

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Regreso a la fiesta echando chispas por los ojos.

Lo que dijo Eden hizo que me quede pensando unos segundos antes de entrar por la misma puerta que él.

"No mentí cuando dije eso de que tenías a todos los hombres a tus pies. Al menos a mí sí me tienes a los tuyos."

Ese cara de culo me había dicho eso. ¡A mí! ¿Qué se creía?

¿Quién se cree que es para andar por ahí diciéndole de cosas a las chicas para que se pongan nerviosas?

Choco con algunos cuerpos al atravesar la cocina, varios están demasiado sudados, algunos chicos sin camisa y las chicas con tops o sostén. Instintivamente me cruzo de brazos tapando mi pecho. Pareciera que la cocina es demasiado grande, pero creo que es porque camino demasiado lento a causa de evadir los pequeños charcos de fluidos desconocidos.

Busco mi jersey en la silla donde la había dejado hace un lado, pero por desgracia no está. Lo que me faltaba, alguien se lo robó.

Maldigo en voz baja y busco el celular en mis pantalones, cuando lo saco y trato de prenderlo la pantalla se queda en negra varios segundos. Genial, se apagó.

Dios. ¿Qué te hice?

Siento que esto es un castigo, por no querer ir con Rose.

¡Lo siento, universo!

Alzo la vista al segundo piso, me pregunto si ya bajaron Pamer y Adonis. Los busco con la mirada por todo el lugar y al darme cuenta que no están suelto un suspiro. Siguen arriba.

La verdad es que ya no quiero quedarme, no tengo nada que hacer aquí. Pero tampoco quiero irme sola. Dudo unos segundos en subir y buscarlos... Descarto esa opción.

Salgo por la puerta y el frío aire choca mi cara. Tirito un poco, pero me acostumbro al viento de la noche y camino sola decidida a llegar hasta mi casa.





Meto la llave por la cerradura de la casa, me tomó casi una hora venir desde la fiesta hasta aquí caminando. Habré bajado mínimo diez kilos.

Apenas entro lo primero que veo es un cuerpo de pie, mirando hacia la puerta con una expresión difícil de entender.

-¿Papá? Son las once de la noche. -cierro la puerta por detrás y él se acerca.

-¿Dónde estabas?

-Con unos amigos... ¿Pasó algo?

Se cruza de brazos y trago duro. Bien, está molesto.

-Noemi. Te hemos tratado de localizar hace casi dos horas y no contestaste las llamadas, todos estábamos preocupados por ti.

Suelto una risa.

-¿Todos? -miro por detrás de él- No veo a mamá aquí, ni a Derek.

Asiente.

-No hablaba de ellos. Hablo de Rose y Alex.

-¿Alex qué? ¿Y él por qué debe preocuparse por mí? -alzo la voz, enojada.

Nunca va a entender. Nunca lo hará.

No importa cuantas veces le diga que no quiero nada, va a seguir detrás de mí.

-Él solo se preocupa, hija. Creo que deberías hablar con él.

-No tengo nada que hablar con él. ¿Es tan difícil que las personas entiendan eso?

Besos Que Queman [Besos #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora