Criada en la fe cristiana ortodoxa en Ruthenia, la hermana de Hürrem Sultan, cuyo nombre se pierde en las sombras de la historia, compartió una infancia marcada por la espiritualidad y la tragedia. Al igual que Hürrem, fue arrancada de su hogar y llevada al harén del Sultán Suleiman, donde su fe cristiana le proporcionaba consuelo en medio de un mundo desconocido.
Inspirada por el ejemplo de su hermana Hürrem, quien se había convertido al Islam para estar más cerca del Sultán, la hermana de Hürrem también abrazó la fe islámica. Su conversión fue un acto de amor y estrategia, que la acercó al poderoso Sultán y cambió su destino para siempre.
Con el tiempo, la hermana de Hürrem se ganó el favor del Sultán y su influencia creció dentro del palacio. Aunque los registros históricos no detallan su ascenso, se puede imaginar que, siguiendo los pasos de Hürrem, se convirtió en una figura de poder y respeto, una sultana en su propio derecho.
Juntas, Hürrem Sultan y su hermana dejaron una marca indeleble en la historia del Imperio Otomano. A través de sus acciones y su influencia, contribuyeron a la era conocida como el Sultanato de las Mujeres, un tiempo en el que las figuras femeninas ejercían un poder sin precedentes en los asuntos del estado otomano.
Pero... ¿Qué pasaría si te dijera que no todo resultó bien para estas hermanas?
Adentremonos al año 1520, cuando nuestra pequeña rubia ingreso por primera vez a los aposentos de Suleiman.
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Gözde Sultan -Sultán Suleyman
RomanceLa Sultana Madre había encontrado a la candidata perfecta para derrotar a Hürrem, y no era nada más y nada menos que su hermana, la cual Hürrem creía muerta.