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Mire a Suleiman y sonreí cuando el acarició mi mejilla con delicadeza, me bajo de sus brazos y me posicionó en la cama, sus ojos estaban ardientes de deseo, y yo daba por hecho que los míos también, no había lugar para los nervios de entregarme a ...

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Mire a Suleiman y sonreí cuando el acarició mi mejilla con delicadeza, me bajo de sus brazos y me posicionó en la cama, sus ojos estaban ardientes de deseo, y yo daba por hecho que los míos también, no había lugar para los nervios de entregarme a un hombre por primera vez, está noche debía ser la perdición del sultán, que olvidará a todas las mujeres que decía amar.

Pero a diferencia de las concubinas ariscas que lo rodeaban yo no deseaba separarlos de sus hijos, menos pensaba en acabar con mi sobrino o sobrina que Hürrem cargaba, con la hija de Dilay, Raziye, o el pequeño príncipe Mustafá, los niños no cargan con el odio de este palacio.

Suleiman beso mi cuello y yo solté un gemido ante su firme agarre en mi cadera, abrí mi boca cuando mordió mi cuello y mi vestido fue arrancado con fervor. Sus grandes manos recorrieron mi cuerpo y me veía pequeña ante su imponente y varonil cuerpo, el se aseguró de dejar un camino de besos y marcas desde mi cuello hasta mis muslos.

Suleiman abrió mis piernas y yo cedí gustosa de complacer su vista, el sonrió arrogante y su cabeza se escondió en mi feminidad, sentí como respiro y la olió, me estremecí por completo cuando su lengua hizo contacto por completo conmigo y comenzó a saborear mi parte baja. Mi espalda se levantó y agarre la cabeza de Suleiman evitando que se fuera de aquel lugar, mi mente se iluminó y yo misma me aleje de el, viendo sus ojos transformarse en furia le sonreí.

- No se enoje su majestad.-

Saque su camisa y pude ver su trabajado abdomen, lo recosté en la cama y el me miraba con sorpresa, mis labios fueron dejando besos desde su cuello hasta su vientre bajo, sonreí traviesa cuando el intento separarse y me negué, baje sus pantalones y su erección golpeó mi cara, lamí mis labios y lo mire, sus ojos no podían estar más negros de deseo, sabía que era la primera que le hacía esto, sabía también que me preguntaría como lo sabía, pero ahora era momento de entrar en su mente y hacer que el no me olvidará, hacer que el me escogiera como su única favorita.

Mi boca atrapó su miembro y lo saboree de arriba a abajo y pude escuchar sus gemidos, con mi mano lo comencé a mast*rbar a medida que mi lengua jugaba con la punta, sus grandes manos me tomaron ye registraron nuevamente en la cama, el me miraba con una sonrisa de oreja a oreja y yo moví mis pestañas de forma seductora e inocente, eso lo hizo rugir y me besó, yo le seguí el beso y mordí su labio cuando su pen* entro por completo en mi de forma inesperada, ahogue un grito, dolía como el infierno, pero el se detuvo y no hizo ningún movimiento.

- Si te duele más debes decirlo, es mi primera vez con alguien tan pequeño como tú, no quiero dañarte, no a ti.-

Su mano acarició mi mejilla y yo le sonreí acariciando la suya para besarlo y asentir para que se pudiera mover el dolor era tolerable, abrí más mis piernas y gemi en su oído, eso lo descontroló y se comenzó a mover más rápido, mis gemidos no paraban de salir y se mezclan con los de el.

Gözde Sultan -Sultán SuleymanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora