Abos: El camino a ser un súper

Una noche inolvidable

Después de un largo y cómodo viaje en el avión privado de QuantumZen, Flor y yo llegamos a Florida. Allí nos esperan otros dos agentes, que nos reciben con una sonrisa y nos llevan a un coche. Un coche que no es una limosina, pero que tampoco está mal. Un coche que nos lleva al hotel donde nos hospedaremos. Un hotel que es el más lujoso y exclusivo de la ciudad. Un hotel que tiene el nombre y el logo de QuantumZen.

- Bienvenidos al Hotel QuantumZen, señor Osiel y señorita Flor. Esperamos que disfruten de su estancia. Les acompañaremos a su cuarto. - dice el agente que conduce, abriendo la puerta del coche y ayudándonos a bajar.
- Gracias, señor. Gracias por todo. - decimos Flor y yo, agradeciéndole y siguiéndole.

Entramos al hotel y nos quedamos boquiabiertos. El hotel es impresionante, con un diseño moderno y elegante, con una iluminación suave y cálida, con una música ambiental y relajante. El hotel tiene una recepción, un restaurante, un bar, una piscina, un spa, un gimnasio y una sala de conferencias. El hotel tiene todo lo que se puede desear en un alojamiento.

- ¿Qué les parece, señor Osiel? ¿Les gusta el hotel? ¿Les parece suficiente? - dice el otro agente, que lleva nuestras maletas y nos guía por el hotel.
- Es increíble, señor. Es más de lo que esperaba. - digo admirando el hotel y asintiendo con la cabeza.
- Que bueno que le guste, señor, Pero esto no es nada. - dice el agente, sonriendo y guiñándonos un ojo.

Llegamos al ascensor y subimos al último piso. Allí nos espera una puerta, una puerta enorme y lujosa. Una puerta que tiene una placa con nuestro nombre y una tarjeta con un código. Una puerta que se abre con un clic y nos muestra nuestro cuarto.

- Este es su cuarto, señor Osiel y señorita Flor. Su cuarto que les tiene preparado QuantumZen. Tiene más lujos que este hotel. - dice el agente, abriendo la puerta y dejándonos pasar.

Entramos al cuarto y nos quedamos sin aliento. El cuarto es enorme, lujoso, con una cama king size, un jacuzzi, un balcón, un vestidor y un baño. El cuarto tiene una vista espectacular, una decoración exquisita, una iluminación perfecta y una temperatura ideal. El cuarto tiene todo lo que se puede desear en un alojamiento.

Damos una vuelta por el cuarto, admirando cada detalle y cada lujo. Nos probamos la cama, el jacuzzi, el balcón. Nos probamos la ropa, el perfume. Admiramos cada detalle de nuestra estancia.

- ¿Qué te parece, Osiel? ¿Te imaginabas estar en un lugar así? - me dice Flor, con una voz ilusionada y curiosa.
- Me parece increíble, Flor. Jamás me pude imaginar que algún día vería algo como esto. - le digo yo, con una voz intrigada y esperanzada.
- Lo mismo digo. - me responde con una voz fascinada y ansiosa.

Pero entonces, la puerta se abre, y entra el señor Howard.

- Hola, Osiel. Hola, Flor. Soy Howard. Soy el director de la misión Perseverance y el descubridor del Quantumzeno. Soy el responsable del experimento A.B.O.S. Bienvenidos al equipo. - dice Howard, con una voz seria y profesional.

- Hola, Osiel. Hola, Flor. Me llamo Howard. Soy el líder de la misión Perseverance y el creador del Quantumzeno. Estoy a cargo del experimento A.B.O.S. Os doy la bienvenida al equipo. - dice Howard, con una voz seria y profesional.

- ¿Qué tal estás, Osiel? - dice Howard, con una voz preocupada y curiosa.
- Estoy bien, señor. Estoy mejor de lo que pensaba. Estoy distinto. - digo yo, con una voz sincera y sorprendida.
- ¿Distinto? ¿Cómo así? - dice con una voz interesada y expectante.
- No sé cómo decirlo, señor. Siento que, por primera vez en la vida, puedo tener esperanza de poder vivir feliz. - digo yo, con una voz emocionada y fascinada.
- Me alegro de oír eso, señor Osiel. - dice con una voz entusiasta y orgullosa.
- Pero también tengo miedo de lo que pueda pasar. Tengo miedo de perder lo bueno que me queda. - digo yo, con una voz asustada y angustiada.
- No tengas miedo. Confía en el A.B.O.S. - dice con una voz calmada y convincente.
- ¿Por qué debería confiar? ¿Por qué debería arriesgarme? - digo yo, con una voz dudosa y cautelosa.
- Porque te lo mereces, Osiel. Una oportunidad de curarte, de vivir, de ser feliz. - dice Howard, con una voz sincera y amable.