Capítulo 15 ☠️

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PartidaDaren

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Partida
Daren

Los tiempos cambian, y las personas también, detallo la nieve que cae en el jardín, tratando de evadir el parloteo de mi hermana que parece tener una urraca en la garganta, Nadir se lleva la sexta copa a los labios evitando a Kaira, mientras Darkó con Rebecca trata de ignorar la tensión e incomodidad que mantiene y percibo, los imbéciles dicen que no pasa nada, pero sus acciones los contradicen a cada momento.

—Es bueno que hayas dejado que tu hermana se encargue de los negocios en Grecia —dice Salma, acomodando los rulos de su "niña" tras su espalda —. La camada ha tratado de robar hace una semana, y gracias a ella dicho desfalco no se pudo dar, aparte de que Nadir ayudó a Burak con la Turumbía.

—No esperarás que la felicité por algo que sí o sí, debía hacer —refuto con exasperación, cuando el ambiente me empieza a asfixiar, detallando a la mujer sonriente que entra en la sala tomada del brazo de Ivar, suspiro y trato de colmar a mi cerebro de paciencia con la palabrería que me abruma y ella parece disfrutar.

—Los Záitsev como todo nido de ratas, se han escurrido con agilidad, sobre todo la rubia que tenías como amante —señala Salma con rabia, y Lilieth no muestra más que confusión, cuando mi padre la detalla con preocupación al tratar de encontrar un atisbo de recuperación —. No te preocupes por eso querida, que ya son hechos pasados que Daren no volverá a cometer.

—Si no lo recuerdo, no hay razón por la cual compadecerse —le sonríe con tranquilidad, y no puedo evitar fruncir el ceño al escucharla.

—Ya es hora de marcharnos —comenta Darkó con la mandíbula apretada, escribiendo a toda prisa en el móvil —. Los Winslet ya están en Taboo junto a los ex mercantes de Beret.

—Destripen a esas porquerías lo mejor que puedan —ordena Salma, viendo como Darkó y Nadir abandonan la sala dándole demandas a su gente, suspiró y asiento en dirección de Mark que avanza junto Zaria encargándose de lo antes planeado.

Acomodo el arma en el cinturón y avanzó con pasos firmes y decididos a la dirección de Lilieth tendiéndole la mano, la cual acepta con una mirada brillante que sólo yo percibo, en lo que los demás presentes nos observan con incredulidad por tal acto.

—No puedes llevártela, podría ser peligroso Daren —reprende Ivar y Lilieth aprieta mi mano en señal de paz para que no mande los planes a la mierda cuando Rémy posiciona a los hombres de Ivar, impidiéndonos el paso.

—No puedo creer que después de todo lo vivido no aprendas —secunda Salma con los brazos cruzados.

—Daren no puedes llevarla, ella... —Kaira se les une, y la única que se mantiene en silencio es Rebecca, maldigo entre dientes enfrentándolos sin importar la tensión de la mujer que sostiene mi mano.

—Ella es mi mujer, y si sé me da la maldita gana de llevarla al infierno conmigo, no veo cuál es el puto problema —bramo, callando los alegatos absurdos —. Yo cargo con mis propios asuntos y lo saben a la perfección.

Implacable Redención Libro 3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora