Capítulo 9☠️

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ImpulsosFarisha

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Impulsos
Farisha

En la habitación hay un denso silencio que nadie se atreve a romper al escuchar las palabras de Eber que han descompuesto los rostros de mis hermanos junto con el de mi padre. Puesto que para nadie de nosotros es un secreto que mi tío Olek debía portar la batuta de nuestro apellido, pero por los hechos pasados que condenaron su destino, Eber era el elegido, sin importar que no sé supieran los lazos, ni la procedencia de su madre, mi abuelo Helio lo había aceptado y nombrado en nuestro círculo interno, más no obstante a Eber nunca le importó y por ello llegó aún acuerdo con mi padre el mismo día que mi abuelo murió.

Todos los Záitsev sabemos guardar secretos, ya que la identidad de Eber jamás fue revelada al igual que la mía, con la única diferencia que en el pasado mi madre interfirió por mí, y Eber lo hizo consciente de lo que en verdad anhelaba y era una vida tranquila.

Pues aunque ambos fuimos exiliados y destituidos por nuestro apellido, la única que hacía la lucha por volver, era yo, mientras que él vivía en su mundo tranquilo. Tuve que jugar mi partida a mi manera y con las pocas piezas que se me fueron otorgadas, pues odiaba ser menos, cuando estaba hecha para ser más, mucho más que una marginada y una exiliada.

Por un momento pensé que podría conseguirlo con Daren, pero era frustrante, porque él solo deseaba utilizarme como un peón para su beneficio, y con Ayari si llegué a sentir el éxtasis de lo prohibido al saber que el trono sería mío, pero como si una fuerza que se entrelazan con el hecho de desafiar mi destino todo se desmoronó, por qué en el pasado creía ingenuamente que Eber sucumbiría a la sangre y reclamaría su lugar para darme lo que yo deseaba, sin importar nuestros lazos de sangre o nuestras diferencias, porque decía amarme. Luego entendí que para Eber algo relacionado con la mafia ni siquiera era una opción, no al menos que se le impulsará a serlo y por ello hice todo lo posible de forma anónima para que el círculo lo encontrará, pero jamás sopese que más haya había alguien más que tenía cuentas que saldar, yo lo condené y la única manera en la que podía salvarlo era sacrificándome, y aunque no me crea y ni yo misma entienda la forma en que Eber me importa. Por él era capaz de tirar mi máscara y dejar ver mi realidad.

—Es una responsabilidad demasiado grande para cargar —dice mi tía, viendo únicamente a Eber que ni la determina.

—Creo que está de más hablar de responsabilidades, cuando ni ustedes mismos conocen el significado de dicha palabra —su tono es despectivo, y toma las piezas para armar el arma como todo un experto.

Lo cual me hace evocar la imagen del hombre que porta el león gigante en su espalda, y mis mejillas se sonrojan sin poder evitarlo, pues no niego que la madurez de sus facciones y la dureza de su cuerpo, le hacen temblar las piernas a cualquiera.

—Entonces piensas quitarle la batuta a nuestro padre —indaga Asmael, con el rostro serio y sus brazos cruzados contra su torso —. Y por lo que veo ya le has echado el ojo a la mujer con la que piensas fortalecer tu sucesión, al final no eres tan estúpido como creí.

Implacable Redención Libro 3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora