Noche Blanca ☠️

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Nota importante: esté extra, contiene contenido sensible y moralmente cuestionable, todo tipo de acto presentado a continuación no lo comparto, ni lo apruebo. Pero como lo he dicho antes, la trama lo exige y lo único que deseo es entretener. "No siendo más, disfruten"

San PetersburgoDiciembre del año 2015

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San Petersburgo
Diciembre del año 2015

La ráfaga del viento helado cruzaba los ventanales de la antigua habitación de la pequeña Záitsev que hacía girar la cuchilla entre sus manos enguantadas con desesperación.

No le importaba que dentro de su habitación la mayoría de sus cosas estaban empezando a congelarse por la nieve que caía en una tormenta furiosa, al igual que su corazón. Odiaba que la hicieran de menos, que no le preguntarán sus deseos y que tomaran decisiones por ella.

"Toma tu lugar por mí" el resonar de la súplica que había realizado hace dos días en el entierro de su abuelo se repetía con consistencia en su memoria, sin descanso, aumentando su rabia.

—Farisha... —llama con lentitud, y el halo de luz se cuela sin permiso en la oscuridad que la acompaña —. Debes cenar, mañana será un viaje largo y debes tener energía para ello.

Farisha no contiene la mueca de disgusto que le generan sus palabras, colocando sus ojos en blanco sin dejar de ver las cortinas gruesas de la habitación, cuando no escucha que se mueva de la puerta abierta. Se levanta con lentitud dejando caer la falda larga de su vestido negro, el cual le acentúa las caderas que empiezan a desarrollarse, suspira y resguarda la cuchilla en el bolsillo de su abrigo, colocando la sonrisa más radiante y genuina al camuflar sus verdaderas emociones para enfrentar al joven que la mira con adoración.

—No creo que pueda cenar, el genio de nuestra familia en este momento solo arruinaría la delicia de los alimentos —responde con dulzura, acercándose a Eber para jalarlo del brazo y darle un beso ligero en los labios.

—Yo pensé que tu ausencia en estos días se debía a mi negativa —supone Eber, acariciando el cabello sedoso de Farisha, y ella niega fingiendo diversión tomando su mano y cerrando la puerta de su habitación como dos pequeños traviesos.

La pequeña luz de la lámpara de noche ilumina las siluetas de aquellos dos jóvenes, y Farisha acaricia la mandíbula del joven que ha desarrollado un atractivo particular, qué piensa que no está nada mal, con el verde claro de sus ojos.

—No, no es nada de eso Eber —miente con convicción, colocándose de puntillas para dejar un reguero de besos que lo sofocan y lo acaloran al mismo tiempo —. No puedo insistir en algo que no deseas, porque me importas más que mis deseos ilógicos.

Eber se pierde en la mirada profunda y brillante de Farisha que sonríe al sentarlo en la orilla de la cama subiéndose a su regazo, sabe que debe hacer, pues como un día le dijo su tía, que su belleza le serviría para aventurarse al mundo que le era negado y deseaba dejarse absorber de él, pero para ello primero debía conseguir a los seres que se lo ofrecerían sin objeción, y Eber era uno de ellos, únicamente debía mantener ese cariño que él le ofrecía para que le diera una oportunidad.

Implacable Redención Libro 3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora