Muy bien, voy a decir que no me he rendido solamente porque en realidad sí lo he hecho y me daría mucha pena decir que ya lo hice.
Pero bueno, como dicen por ahí, lo último que se pierde es la esperanza, pues yo ya la perdí hace mucho tiempo, quería hacer algo bonito para la salida -Que en realidad no sé si es una cita- que voy a tener con Isaac, aunque no se para que sirva tener que salir cuando estoy bien, súper bien.
- No estoy bien.- Dije al ver todo el desastre de la cocina, me a a matar el cocinero. Aunque creó que puedo tomar partido con él porque está es mi casa y la cocina es mía... No, mejor no, de verdad me va a matar cuando vea la cocina hecha un desastre.
Ayer cuando Isaac me invitó a salir con él, pensé que sería lindo hacer comida de su país... Que estúpido fuí al pensar que podría hacerla sí al fin y al cabo no se ni hacer comida de mi propio país, como para hacer comida que ni siquiera conozco. Soy increíblemente estúpido. Y lo peor de todo es que pase toda la mañana comprando en el supermercado y en tiendas latinas para encontrar los ingredientes para hacer la comida típica de Honduras.
- Frijoles colombianos...- Dije viendo la lata de frijoles, de verdad que soy estúpido.- No creó que Colombia y Honduras sean el mismo país... Que puta mierda.
- ¿Señor Wilson?.- Dijo John y al pensar que era el cocinero me asusté muchísimo que dí un salto del miedo.
- ¡Ah! ¡John! Casi me matas del miedo. ¿Que haces aquí?.
- Aquí la pregunta es, ¿Que hace usted todo lleno de harina?.- Pregunto con una sonrisa y se acercó a mi para limpiarme la cara.
- Bueno... Isaac me invitó a salir con él ayer...- Me interrumpió.
- ¿Van a tener una cita?.- Dijo todo esperanzado.
- ¡Que no es una cita, John!.- Dije avergonzado, no puedo ver mi cara, pero seguro que está roja de vergüenza.- Es una salida profesional.
- ¿Así le llaman ahora los jóvenes a las citas? Es una forma un poco extraña, pero me alegro mucho por usted señor Wilson.
- John, ¿En qué parte de "no hay nada entre nosotros" no entendiste?.
Lo sé, estoy siendo demasiado obvio, pero es que me estoy muriendo de vergüenza y John no para de hablar.
- Bueno, ya entendí, pero también me alegro que se esté llevando mejor con el señor Davies, es un buen muchacho, estoy muy seguro que harían una bonita parejita.- Se rió y me terminó de limpiar la cara que la tenía toda llena de harina... Intentando hacer esas tortillas que según internet son muy populares en Honduras.- En fin, ¿Que estaba haciendo que toda la cocina está hecha un desastre? No me quiero imaginar lo loco que se volverá Edgar cuando vea este desastre.
- Bueno... Quise hacer unas tortillas que según internet, es el platillo más popular de Honduras... Pero al final no creó que haya hecho algo bien...- Dije avergonzado y le mostré una masa que parecía más una sopa.
- Bueno... Se puede arreglar.- Dijo con una sonrisa nerviosa.
- ¿En serio creés que se puede arreglar?.- Dije y señale la lata de frijoles.
- Bueno, no serán exportados de Honduras, pero son los mismos, venga, le voy a ayudar y le enseñaré a hacer uno que otro plato de Honduras.- Dijo y se arregló las mangas para que no se ensuciara el traje.
- ¿En serio?.
- Por supuesto, ¿Por qué no lo ayudaría? Al fin y al cabo es el chico que le gusta.
- No vas a dejar de joder con eso, ¿Verdad?.- Dije avergonzado.
- No, hasta que lo acepte.- Sonrió y primero que nada limpio la mesa.
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El Secretario De Mi Esposa. (Idea Borrador)
RomanceLeón Wilson, un hombre atrapado en una monótona rutina, se despierta cada día sintiendo que su vida carece de sentido. Su matrimonio con Sara Johnson es una prisión emocional, y la crueldad de Sara lo ha dejado exhausto. Sin embargo, todo cambia cua...