No sé para qué hago esto, de todas formas lo hice... Ya no hay vuelta atrás.
— ¿Qué es esto Wilson?.— Preguntó confundido y apresurado.
— Hoy es el día del amor y la amistad, como eres mi amigo decidí que quería darte algo.— Dije avergonzado, no debí de darle este regalo en primer lugar.
— ¿Y tenía que ser una pulsera?.— Pregunto apresurado.
— Si...— Dije arrepentido, no debí hacerle nada, mejor me lo hubiera quedado yo.
— Bueno, eh, ¿Gracias? Nos vemos mañana, me tengo que ir.— Dijo y guardó la caja en su bolsillo sin ningún cuidado, incluso la pulsera que le había hecho estaba la mitad afuera.
— Cuídate mucho.— Me despedí y lance el teléfono a la mesa, cansado, con hambre y con sueño, ¿Será que me quiero morir? Sip, es que literalmente ya no aguanto.
Camila me ayudó a hacer esa pulsera, no tiene sentido que mañana tenga esperanzas de que traiga la pulsera en su muñeca, al menos lleva todavía el anillo que le dí, y eso ya me gusta, no soy tonto, ví en primera fila la mirada de desagrado por la pulsera, no le gustó y tengo que tragarme la verdad.
— ¿León?.— Llamó Sara detrás de la puerta, lo que me faltaba.
— Pasa Sara, de todas formas siempre entras incluso si estoy desnudo.— Dije serio, de verdad no quiero estar con Sara.
Ella incluso cuando sabe muy bien que tiene que tocar la puerta antes de tocar la puerta, la abre como sí no le importará si me ve desnudo o no, entró con una bandeja de comida y la dejo en mi escritorio.
— He decidido que ya no podemos seguir peleados.— Dijo con un tono serio.— Nuestros padres están preguntando por qué nos hemos alejado estos últimos días, así que he decidido perdonarte y he venido en paz para arreglar las cosas.
— Sara, no estoy de humor para hablar de esto ahora.— Dije cansado.
— ¿Creés que estoy en la gloria? Pues respuesta, León, estoy en la más miserable situación, necesito las dos empresas y sí no haces bien tu trabajo no las podré obtener, no te estoy culpando de nada, pero sería un poco más rápido sí dejaras de jugar a ser el niño pequeño de la casa.
— Sí quieres las empresas de nuestros padres, ¿Por qué no simplemente se las pides? No sé para qué quieres las empresas, pero sí te soy honesto, no me interesa ni un poquito tener algo relacionado con la familia.
— Lo se, solo te pido que seas el mismo de siempre, pero solo quiero que dejes de lado aquello que anhelas con toda tu vida y empieces a entrar a la empresa, pronto podrás tener toda la libertad que desees, pero primero tienes que ayudar a tu querida esposa y amiga de la infancia, ¿No es así?.— Dijo con una sonrisa tranquila y me levanto la cabeza,
— Ah, está bien, ¿Puedes irte ya? Me duele la cabeza.— Aparte la mano de Sara y me levanté de la silla para buscar algo en el armario.
— Está bien, actúa como siempre lo has hecho hasta ahora, descansa, te dejaré la cena aquí, así que cómetela toda.— Dijo con una sonrisa y me dió un beso en la mejilla y se fue cerrando la puerta de la oficina.
Mire la bandeja, no hay nada que a mí me apetezca comer de ahí, solo voy a ir a mi habitación a dormir, es lo único que puedo hacer en este día tan feo.
★★★
Ya han pasado unos meses, es junio, ya hace un poco de calor, quiero pensar que ésto no va a ser horrible.
— Señor Wilson, su padre me ha dicho que su secretario no puede entrar a las reuniones.— Dijo un guardia que estaba custodiando la puerta de la oficina, nunca había uno, estos días mis padres han estado actuando extraño, desde que los padres de Sara nos visitaron y ya no dejan que Isaac entre y se entere de las nuevas noticias de la empresa.
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El Secretario De Mi Esposa. (Idea Borrador)
RomanceLeón Wilson, un hombre atrapado en una monótona rutina, se despierta cada día sintiendo que su vida carece de sentido. Su matrimonio con Sara Johnson es una prisión emocional, y la crueldad de Sara lo ha dejado exhausto. Sin embargo, todo cambia cua...