Capítulo 24: Lo que se calla bajo las luces.

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Abro los ojos, lo primero que veo es un techo blanco, ¿Estoy en el cielo?.

— Hasta que finalmente te despiertas imbécil. —Dice Aritz con un tono molesto, nop, este no es el cielo porque no tendría que ver la estúpida cara de mi hermano.

Me doy la vuelta de la cama para no tener que ver la odiosa cara de Aritz.

— ¿Estás bien, León?. —Pregunta Steve, el amigo de Aritz.

— ¡Ay, por favor Steve! Casi muere, ¿Cómo va a estar bien? Es como preguntarle a un pez sí respira fuera del agua. —Dice molesto.

— ¿Un poco de compasión, no? Es tu hermano, por Dios Aritz.

— ¿León? No, yo no tengo hermanos, jamás los he tenido.

Aunque le esté dando la espalda puedo oír lo que me está diciendo, me rompe el corazón saber que mi propio hermano no me quiere, pero yo soy aún más tonto por pensar que me quiere, ¿Que más tengo que hacer para buscar el amor de mi familia? Ya ni muriendo puedo recibir un poco de atención de todos ellos. Ya se que me odia y que me quiere muerto, pero sí me iba a tratar así mejor ni hubiera venido. Steve y Aritz siguen discutiendo; Aritz diciendo que lo mejor hubiera sido que me muriera o cosas como "ya ni para morir es bueno" y Steve dice cosas como "eres un terrible hermano" "jamás pensé que fueras así de insensible", la situación está escalando a un nivel más acalorado.

— ¿Sabes que? No seguiré discutiendo contigo Aritz, no tienes remedio y tu hermano necesita descansar. —Dice molesto Steve y señala la puerta de la habitación —. Cuando tengas la cabeza más fría regresa.

Aritz suelta una maldición al aire y sale de la habitación, solo nos quedamos Steve y yo en silencio. Steve habla sólo y yo solo quiero volver a dormir, y tal vez no volver a despertar.

— Lo siento mucho por lo que pasó, realmente no conocía ese lado de tu hermano. —Dice apenado y voltea a verme—. ¿Cómo estás?.

Trato de hablar, pero por más que trato de hacerlo no sale ningún sonido y eso me alarma. Steve lo nota de inmediato y sale a buscar un doctor.

No, no, no, no.

★★★

Al final me dieron la peor noticia, me hubiera gustado que me dijeran que solamente tenía unas horas de vida, no me que me dijeran que había perdido la voz. ¿Ahora que se supone que haga? Perdí lo que más me gustaba de mi cuerpo.

Aún faltan exámenes para declarar si he perdido la voz permanente o temporalmente.

Steve abre la puerta de la habitación después de que me dieran el alta en el hospital, dijo que podía quedarme en su casa para que no tuviera que volver a la casa de mis padres.

— Buenos días, León, ¿Ya despertaste?. —Pregunta con cautela mientras se acercaba a la cama, estoy despierto desde hace horas porque me quedé llorando. No me quiero levantar, no tengo fuerzas.

No contesto (aunque quiera devolver el saludo pero no puedo) además de que me duele todo el cuerpo como para hacer aunque sea una mueca.

— Ya es tarde, ¿Quieres desayunar? He preparado waffles. —Dice con una sonrisa aunque después la cambia a una de preocupación—. Bueno, hice el intento, por sí las dudas voy a pedir mejor por delivery no vaya a ser que te intoxiques.

Suspiro cansado, se que Steve quiere levantarme el ánimo, pero por más payasadas que haga como ésta no lo va a hacer. Quien diría que llegaría el momento más difícil de mi vida, ¿Será este mi desarrollo de personaje? No lo sé, pero sea quién sea que esté controlando mi vida me maté y todos felices.

El Secretario De Mi Esposa. (Idea Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora