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𝐀𝐥𝐚𝐬𝐭𝐨𝐫
-Mi estimado caballero- la presencia de Lucifer parecía darle esa libertad para poder portarse así -. Creo que como ex empleado suyo que fui, no debería meterse en asuntos que no le conviene, ya que no soy alguien...importante o que sencillamente no es de interés para muchos, lo mejor sería que siguiera su curso o podrías tener...𝐜𝐨𝐦𝐩𝐞𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚- si hubiera pasado pero el solo igual de siempre, se iría corriendo como niña asustada, Vox se burlaría y lo mantendría guardado repitiendo ese clip en su mente.

Pero ahora, con un traje nuevo, un acompañante y el con sentimientos nuevos dentro de todo, parecía mantenerse distinto. En ningún momento dejó su sonrisa, en ningún momento sus orejas y cola bajaron.
El quería, no...𝐍𝐄𝐂𝐄𝐒𝐈𝐓𝐀𝐁𝐀 demostrarle a Lucifer que podía hacer eso debido a que lo trató tan bien y le aterraba volver a su otra vez a su situación antes de conocer al rey del infierno. Ese día había hecho cosas que jamás pensaría que hubiera hecho ¿y por qué?, no lo sabía ¿a caso importaba saber eso? Por ahora no.

-Grrr maldita zorra- todo volvió a la normalidad, la gente se quedó maravillada ante la situación y curiosa ante el venado, empezando ganar popularidad.
-¿Qué se sintió? ¿Qué sentiste al poner a Vox en sus zapatos?
-No lo sé- sé puso a pensar-. Capaz una especie de sensación.
-¿Venganza tal vez?
-Tal vez...- mantuvo eso su mente.
-Bueno, cuando cambiaba de canal de radio me topé con la tuya, habías dicho que eran rumores de un lugar neutral nuevo ¿no?
Alastor parpadeo dos veces moviendo su cola de venado -¡¿Me escuchaste?!- se sentía feliz.
-Pues claro tontito, también fui yo el que te dio el pato- Alastor se sintió muy feliz, algo que Lucifer esperaba.

Siguieron hablando de cosas banales, nada importante a recalcar, hasta dar con el hotel.
-Bienvenido a tu nuevo trabajo y a tu nuevo hogar.

𝐌𝐚𝐧𝐳𝐚𝐧𝐚 𝐏𝐨𝐝𝐫𝐢𝐝𝐚 ∇𝐚𝐩𝐩𝐥𝐞𝐫𝐚𝐝𝐢𝐨ΔDonde viven las historias. Descúbrelo ahora