Paga el plato roto (1ra parte)

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Los primeros 3 meses son tan mágicos...

El contaba los dias que iban juntos, el calendario marcaba abril, temporada de cerezos y festivales, Giyuu empezó a ir a la universidad, asi que cada mañana se levanta muy temprano para alistar a la pequeña Umiko y llevarla a la guardería.

A pesar de esa cara de entierro, los ánimos iban por dentro, nunca hacia de  mala gana ese gran esfuerzo de madrugar.

Ahora Umiko tiene 7 meses, gatea y aprendió a quedarse sentada, aunque a veces se va de medio lado.

Durante ese tiempo la bebé se acostumbro a los cuidados de Tomioka, a su voz suave y tranquila, a su tacto cálido y gentil al cambiarle los pañales, también al calor de su pecho al arrullarla.

Esto no podía dejar mas enamorado al padre de ella.

Kyojuro ingresa a la habitación de su hija, hace un mes le otorgo su propio espacio, sus amigos le ayudaron a decorarlo, recuerda que discutían por el color de las paredes y al final todos terminaron en una batalla de pintura.

Al final el color que gano fue en tono durazno, la niña estaba creciendo y por consejo de su pediatra, ella tenia que dormir sola.

Aquello costo bastante, las lagrimas y protestas de la bebé dejaron sordos a los vecinos, hasta el modelo y actor, Douma ya tenia los parpados oscurecidos por el llanto nocturno de la niña, pero Giyuu no se rindió, demostró paciencia y mucho cariño, ella también se habia convertido en su familia.

La pareja se encuentra y Kyojuro recibe a su hija de las manos de Giyuu, la estrecha suavemente, para luego partir al esclavizante trabajo de oficinista.

Los ojos azules de el lo ven alejarse, siente que se le olvida algo, la voz de Mitsuri resuena en su cabeza, ayudándole a recordar.

En medio de la sala, ambos están frente a frente sobre la alfombra rosa de Umiko, la niña duerme y ellos cotillean, la mas interesada en su vida amorosa es ella, necesita enterarse de los detalles.

" ¿Y que haces cuando el se va?"

" Ah, le digo: Nos vemos , a veces le acompaño a la puerta"

En su recuerdo, la chica lo observaba con algo de decepción en un comienzo, pero al mencionar que lo seguía, esperaba alguna despedida romántica que envidiar.

" Bien, bien! ¿Y luego?"

" Uhm, le aviento la puerta- Relato elevando un índice que luego uso para rascarse la mejilla- No lo tomes de mala manera, es que el por alguna razón se queda parado en la entrada y yo no quiero que vaya con tardanza a su trabajo"

Es la gran prueba de que el tiene un lado torpe en las relaciones, no es su culpa, simplemente no tiene ese tipo de experiencia en una relación formal y sana.

Los ojos de Mitsuri se redujeron a dos perlas negras, inflo las mejillas y autoproclamándose la guía cupido de Tomioka, decidió intervenir con un sabio consejo.

" ¡Vaya, Tomioka!, ¿No te parece que el esta esperando una despedida especial?"- Comento con la intención de ayudarlo y sonreía amablemente para el- Las parejas no solo esperan un: Me voy y recibir de vuelta un : Buena suerte o cuídate, también puede ser una caricia en el rostro, palabras bellas, hasta besos que te hagan sentir que no quieres ir a ningún lado, eso suena lindo y cálido ¿Cierto?

El reflexionaba, bajando los peldaños que lo conducían al primer piso, no importaba si lo tildaban de ser un gran bloque de hielo, pero si Rengoku se veía afectado por esa frialdad, entonces el trataría de ser un mejor novio.

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