Pequeña Estrella (1ra parte)

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Otra mañana de invierno y un sol egoísta escondido entre esponjosas nubes de algodón, en ese amplio departamento, Giyuu trabaja con tranquila vocación, durante las primeras horas de la mañana se ha programado cumplir con el baño de la bebé. Enciende la válvula del agua caliente, comprobando con la yema de sus dedos su temperatura, la tina especial para esa linda nena se va llenando, algunos patitos de goma acompañaran la ducha y cuando el aprieta la cabeza de un monito pegado a la pared este emana burbujas, el cuarto entero desprende un dulce aroma a jazmín por las sales vertidas en la preparación, solo falta Umiko y esta rutina se dará por empezado.

Giyuu se recoge las mangas, usa sandalias cómodas, short y una polera oversize, aunque la mayor parte del tiempo su sonrisa pareciera un mito cuando esta a solas con la bebé se permite arquear esos lindos y delgados labios de la forma mas sincera, la coloca delicadamente en la malla que recubre el centro de la tina y procede a lavarle los bucles dorados que adornan su cabecita, portando un guante de tela suave con figura de panda, talla por detrás de las orejas a Umiko, además de su pequeño y relleno cuerpecito, la niña ve en el un protector rodeado de un festival de burbujas, cuando cada pompa de jabón se rompe es una sonrisa, un momento de paz, entre dos personas que sin buscarlo ni ser de la misma sangre, hoy se tienen el uno al otro.

- Tomiokaaaaaaaaaaaa...Tomiokaaaaa, mi lindo crisantemo de palacio ¿Dónde estas?-

Esa voz altisonante y demandante provoco que Giyuu ostentara una mirada adormilada y decepcionada, su tranquilidad fue derribada con la aparición repentina de Uzui.

¡Plaf! 

La puerta se abrió de un fuerte golpe, Tengen tenia prisa y el piso resbaloso le cobro según dicta karma, la caída lo derribo y quedo sentado, con dolor en sus glúteos, frente al pelinegro que tenia envuelta a la niña con una cómoda toalla.

-Auch- Un quejido doloroso sucedió al instante.

Naturalmente, una risilla infantil ante tal espectáculo se escucho finamente, en cambio Giyuu permaneció serio y se inclino para darle una mano a Uzui.

- A Umi le gusta verme lastimado- Dijo el peliplata, aceptando la ayuda con unos ojos de juez posados en la bebe- En eso te pareces a esa mujer...

No se atrevía ni a mencionar la palabra madre, porque a esa mujer la detestaba.

Enseguida Giyuu entendió de que iba el, pero reprendió con la mirada y negando con la cabeza que se mantuviera al margen de todo comentario estando ahi la pequeña en medio.

-Ni lo recordara- Se cruzo de brazos e hizo una mueca de molestia al excusarse- Ya, ya...tienes razón.

Uzui acepto de mala gana mientras buscaba una toalla extra con la cual secarse, una segunda expresión se retrato en Giyuu, una intriga sutil de porque esa persona estaba en la casa en horario de trabajo.

- ¿Te mando el Sr Rengoku?- Consulto directo, sin mas charla de por medio.

- No, lo que pasa- Explico dejando la toalla en el cesto de ropa sucia- Es que necesito que me prestes a la bebé. hay un casting cerca al museo central para un comercial y una amiga me pidió traerla, esta segura que ella será escogida.

- ¿Es una clase de arreglo?- Replico Giyuu, cruzando el pasillo hacia el cuarto de la niña, Uzui lo siguió- Si su padre no lo autoriza, yo nada puedo hacer

- Pfff, aguafiestas- Lo acuso con sonoro berrinche- ¡Oye yo te hice un favor!

- Bien, ahora te pido otro- Enfrento girando de medio lado y levantando la mirada en dirección al rostro de Tengen- Ve a trabajar ¿No temes que te despidan?

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