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           Camila

Mi vida se tornaba un poco confusa cuando Shawn me dio ese anillo de compromiso, nunca esperé estar en esta situación, jamas pensé que nuestra relación llegara tan lejos, tal vez por mí, por parte de él hubiésemos tenido hijos al primer día de relación. Era encargado de una tienda de deportes y mi trabajo se centraba en bailar, en pocas palabras, mi pasión. Me dirigí al departamento donde vivía con Shawn, no había lugar más incómodo que ese, era pequeño y tenía que compartirlo con una persona que quería como un amigo, muchas veces se me venía a la mente, ¿por qué no termino las cosas de una vez? Él era el típico hombre machista, una vez que me casara tenía que dejar mi carrera como bailarina, no tenía a nadie con quien refugiarme si lograba huir de él. Mi madre y padre vivían muy lejos y no creo que lo aprobarían, no tenía suficiente valor tampoco, con él estaba "bien". Al llegar estaba sentado el sofá colocando sus zapatos.

—¿Ya vas a trabajar? —Terminó de atar sus agujetas, para mirarme y sonreír, agarró un pequeño sobre de la mesa, se dirigió a mí.

—Cuando abras este sobre, verás que nuestra vida va a mejorar en cuestión de segundos. —Lo miré sin emoción. —Ábrelo. —Hice lo que me dijo.

Era un documento de una inmobiliaria.

—¿Compraste una casa? —Mi confusión era obvia.

—¿Que no sabes leer amor? ¡Eso mismo dice allí! Así que, ¿cuándo te quieres mudar? —Le di un abrazo y un pequeño beso en sus labios, no queriendo preguntar nada, la verdad no me interesaba saber en ese momento. —¿Eso es todo?

—¿Que más quieres? Tienes que ir a trabajar, ¡Vamos! No quiero que llegues tarde. —Lo eché empujándolo delicadamente.

Estar con él íntimamente era lo peor, me podía pasar horas arrepintiéndome del hecho, me hacia la estúpida pregunta, ¿de qué como había estado? Obviamente le decía una mentira secándome las lágrimas a sus espaldas.

Shawn me envió un mensaje diciéndome que podía ir a ver la casa hoy, enviándome todos los datos, no tenía nada que hacer en el estudio, así que me encaminé hacia el que sería mi nuevo hogar y estaría atada por siempre en ese lugar.

[...]

Cuando llegué, vi un auto estacionado en el garaje de la casa, ¿qué hacía eso abierto? Me percaté que fuese la correcta. No sería Shawn porque obviamente ese no era su auto, agarré los papeles y me dirigí a ver quién estaba allí, entré y dije un gran ¡Hola!

Una voz rasposa me respondió desde la parte de arriba.

—¿Quién es? Bajo en un segundo.

Mientras esperaba caminé por el lugar, bastante lindo y espacioso. Detrás de mi alguien habló.

—¡Hola! ¿Qué se te ofrece? —Al girarme, me conseguí con una chica de piel blanca, de largo cabello negro y una gran sonrisa. ¿Era una modelo y no lo sabía? Aun así, sudada como estaba se veía espectacular, volví en sí, ¿cómo me coloqué a tener locos pensamientos con una mujer que ni su nombre conocía? De tanto silencio ella volvió a hablar. — Hey, ¿estás allí? —Reaccioné.

—Eh... Si aquí estoy. —Hice una rara mueca y ella me siguió —Soy Camila Cabello, mucho gusto. —Se acercó más a mí, dejó unas cosas que tenía en sus manos, se limpió una de sus palmas con su ropa y me la extendió en forma de saludo.

—Bueno, mucho gusto Camila, soy Lauren Jauregui —Estreché su mano y nos miramos a los ojos sonriendo. —No soltaba su mano, noté una leve risa —Creo que la necesito devuelta. —Me enrojecí y la solté. —¿Eres de la inmobiliaria? —Me extrañé ante su pregunta.

—¿Qué? —Negué —No, en realidad... —Me detuve, porque sé que ella empezaba a tampoco entender lo que estaba pasando. —Verás en este papel que me dio mi prome... Dice que esta casa es mía —Tomó lo que le mostré y buscó su documento.

—Raro, porque el mío dice que también ésta casa es mía, ves aquí —Señaló —Casa 4-B propiedad de Lauren Michelle Jauregui Morgado, y la tuya... —Miró el papel en su otra mano, me acerqué. —Casa 4-B propiedad de Shawn Peter Raul Mendes. —Me miró y di unos pasos hacia atrás, me había acercado demasiado.

—¿Que? —Pregunté.

—¿Él es? —Diablos, yo no queriéndolo mencionar, y como no recordé que esta casa la compró fue él.

—Mi novio. —Asintió haciendo una media sonrisa.

Buscó su teléfono

—Ok, no nos alarmemos voy a llamar a la chica de la inmobiliaria para ver como resuelve esto —Se fue hacia afuera y pasaron solo unos minutos cuando volvió de nuevo, coloqué toda mi atención en ella. —Ok, es hora de alarmarse.

—¿Por qué? ¿Qué paso?

—Parece que compramos esta casa el mismo día y por errores de la vida nos dieron la misma, pregunté si había otra disponible, pero parece que en este vecindario ya las vendieron todas. —Abrí mis ojos sorprendidos —No te sorprendas aún que falta información, la señorita me dijo que teníamos que esperar un plazo de un año para que se haga de nuevo el contrato para otra propiedad.

—¿Que? ¿un año? —Se colocó las manos en la cintura tornándose pensativa.

—Mi antigua casa ya está tomada por el banco, no pude costear toda la hipoteca y tuve que salir de allí con mis ahorros.

—Ósea, no tienes a donde ir en pocas palabras —Guardó silencio. —Bien, haré una llamada espera aquí. —Salí esta vez yo y llamé Shawn. —Repicó dos veces y este atendió.

—¡Mendes! Dígame.

—Shawn es Camila, acaso, ¿no tienes mi numero registrado?

—Oh lo siento.

—Ya olvídalo... —Le expliqué lo que estaba ocurriendo y cuando respondió se tornó furioso y preocupado.

—Entonces tienes que compartir la casa.

—¿Como que yo? Podemos quedarnos en el departamento mientras resuelven el problema.

—Camila no podemos, ya lo vendí.

—Shawn pero, ¿que mier.. sin consultarme? ¿De qué clase es nuestra relación?

—Lo siento, ¿está bien?

—¿Por qué dices que yo tendré compartir?

—¿Se te olvida? La tienda me seleccionó para ir a las expansiones que tendrán en París.

—Verdad que irás por primera vez a París sin mí.

—Esto es trabajo, ¡No vacaciones!

—Pero Harry lleva a Louis, ¿por qué no puedes llevarme a mí?

—Camila no tendré esta conversación de nuevo.

Colgué la llamada y volví a entrar a la casa, Lauren estaba allí esperando una respuesta, se notaba nerviosa.

—¿Y bien? —Suspiré.

—Parece que viviremos juntas un año. —Reímos al mismo tiempo.

*****

Mi hogar es Contigo | CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora