Un Prototipo en DxD (Remake)

Capítulo 13

.Día Doce de Julio - Año 2010.

.Base Desconocida en Territorio Oculto.

—Finalmente, volvieron los audaces... —dice el ángel Cerviel, mientras da un pequeño sorbo a una copa de vino tinto de alta calidad, que le deja un sabor aterciopelado en el paladar, acto seguido, suspira satisfecho y se relaja en su sillón de cuero— Díganme que tanta espera valió la pena, ¿lo tienen? ¿Han encontrado a nuestro sujeto especial?

—No, mi señor, no lo encontramos. —responde Lamorac, con una sonrisa arrugada que le hace parecer más viejo de lo que es— Pero... tenemos algo mejor. Algo que superará sus expectativas.

Entonces, el demonio de la familia Oh'mith le retira la venda de los ojos a un hombre adulto de unos aparentes treinta años, con una ligera barba castaña que le da un aspecto rudo y unos valientes ojos celestes que contrastan con su piel pálida. Su mirada es una mezcla de confusión, sorpresa y asombro, como si acabara de despertar de un sueño extraño.

—... ¿Qué significa esto? —pregunta Cerviel, cambiando su expresión a una de desagrado y enfado notable, frunciendo el ceño y entrecerrando los ojos— ¿Qué es esta broma de mal gusto? ¿Trajeron a un humano... aquí? ¿A nuestro dominio secreto?

—Él no es un humano, mi señor. —dice Lamorac, arrodillándose ante el ángel— Él es la clave para ganar la guerra de las facciones. Será nuestra ventaja contra nuestros enemigos, los ángeles del cielo y los demonios del infierno.

—Lindo... lugar. —dice Jacob, observando el entorno con naturalidad, como si no le importara estar rodeado de seres sobrenaturales que podrían matarlo en cualquier momento— Creo que deberían pintar las paredes, la humedad no sienta bien aquí. Y quizás poner unas cortinas, para que no entre tanta luz. Y unas plantas, para darle un poco más de vida.

—Grelpu, tú pareces tener más cerebro que tu amigo demonio. Explícame por qué tenemos a un maldito humano en nuestros dominios. —ordena el ángel, apretando los dientes bajo sus labios cerrados, con un tono de voz que no admite réplica— Esto no fue lo que comandé.

—Mi señor Cerviel. —dice el ángel caído de tez negra, con una voz grave y profunda— Él, es Jacob Valerie. Un portador de una Sacred Gear muy especial, me atrevería a decir que rivaliza directamente con el "Guantelete del Dragón Emperador Rojo".

—¿Es el asesino de Gemyo? —pregunta Cathyx, levantándose de su asiento con curiosidad, acercándose al humano con una mirada inquisitiva— ¿Es él quien acabó con la vida de mi amor?

—No. —dice Grelpu, negando con la cabeza— Pero va a ayudarnos. 

—Grelpu, de todos los que me han fallado alguna vez, tú eres el que más me duele. —Cerviel se pone de pie con un gesto de decepción, y se acerca al ángel caído de piel oscura que lo mira con temor— Quiero que me des una buena razón, una convincente, por la que no deba exterminarlos a los tres aquí y ahora.

—Él se ha aliado con nosotros, mi señor. —interviene Lamorac, levantándose del suelo con respeto— Él es un mutante, posee un poder especial que puede ser útil para nuestra causa.

—Pero no es el asesino de Gemyo. —protesta Cathyx, con un tono de irritación— Usted nos ordenó específicamente qué-...

—¡¡Sé muy bien lo que ordené, idiota!! —estalla Cerviel, girando la cabeza hacia la mujer, que baja la vista y se inclina en señal de sumisión— No... no lo entiendo. ¿Cómo es posible que un humano se haya unido a nuestra causa? ¿Qué le ofrecieron para que aceptara?