Capítulo 30

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.Dos días después - 27 de Julio del año 2010.

.Club del Ocultismo - 2:15 pm.

—Yo... quería agradecerte por lo que hiciste por nosotros allí. Por haber salvado a Akeno y por haber detenido a Issei. —le dice Rías a Blake, con tono amable y agradecido— Quizás te he subestimado; sin tu ayuda, hubiera sido difícil ganar. Así que, gracias, Blake. A partir de hoy, si quieres vivir tu vida a tu manera, puedes hacerlo... nadie te interrumpirá ni se meterá en tu camino. Ayudaremos en todo lo que podamos para que cumplas tu objetivo. No deseo que continuemos como enemigos acérrimos; ante todas las cosas, deseo que cesen las hostilidades entre nosotros. ¿Qué dices? —le extiende la mano, esperando un estrechamiento—

—Tanto que me querías en tu séquito, y ahora me echas por la cara, así sin más. —dice Blake, con una mueca de decepción. Sus ojos miran la mano de Rías, y la estrecha sin dudarlo— Creo que me quedaré un tiempo adicional. Definitivamente necesitas a tu segunda torre luego de todo lo que pasó. Realmente les urge mejorar la seguridad.

—Gracias, Blake. —le dice Rías, mientras, imprudentemente, lo abraza con cariño— Eres un miembro de mi familia, sin importar lo que pase.

El acto toma por sorpresa a Blake, quien no se atreve a corresponder el abrazo. Porque es la primera vez que recibe uno en toda su vida. Su expresión de notoria sorpresa, sumado a sus brazos que se mantienen estáticos, lo dejan en una situación entre incómoda y de completa sorpresa. Rías se da cuenta tarde y decide soltar a Blake, quien se mantiene algo extrañado.

—Oh, lo siento, olvidé que no eres de recibir abrazos. —se disculpa Rías—

—No hay... problema. —dice Blake, asintiendo ligeramente con la cabeza—

Issei camina hasta Blake, y él se voltea para mirarlo. La diferencia de altura es ligeramente notable. El Dragón Emperador Rojo y el Sujeto de Pruebas Número Once tienen una guerra de miradas serias; ninguno se mueve, solo se miden mentalmente. Hasta que, para sorpresa del evolucionado, Issei le extiende la mano derecha, en señal de amistad.

—No conozco tus verdaderas intenciones... pero salvaste a Akeno. No quería que me detuvieras, y lo hiciste de todos modos... nunca te entenderé. —declara Issei— ... ¿Aliados?

—Por ahora. No tengo razones para atacarte, y tampoco quiero que me ataques. Solo quiero vivir mi vida sin interferencias. —Blake decide chocarle el puño. Acto seguido, se acerca al castaño— Si por tan siquiera un segundo utilizas tu habilidad de destruir la ropa en mí... lo vas a lamentar el resto de tu existencia, ¿entendido?

—Claro como el agua. —dice Issei, mientras retrocede unos pasos, asustado— Ahí está el Blake de toda la vida. Bien, entonces somos aliados. Pero no te confundas, Blake. Si alguna vez cruzas la línea, no dudaré en detenerte. —Issei sonríe, como si hubiera ganado una pequeña victoria personal—

—Ja, sigue soñando, niño. —Blake se cruza de brazos, evaluando al Dragón Emperador Rojo— Tú tampoco subestimes mi capacidad para defenderme.

—Me alegra que hayan llegado a un acuerdo. —comentó Rías, observando con satisfacción la interacción entre los dos. Su expresión reflejaba un alivio palpable— Ahora, Blake, dime, ¿cómo podemos ayudarte en tu objetivo de cazar a "Los Siete"?

—Jacob se encargará de ese asunto. —respondió Blake con determinación— Él tiene información crucial sobre la ubicación de algunos de los científicos, aunque, lamentablemente, no todos están en un solo lugar; están desperdigados por todo el mundo. Debido a eso, por ahora, pausaré esa misión específica y me centraré en una tarea más urgente: encontrar y destruir a la Brigada del Caos. Después de todo lo que ha sucedido con el nuevo tratado de paz, no tengo dudas de que, debido a mi comportamiento reciente, intentarán reclutarme para su causa nefasta.

Un Prototipo en DxD (Remake)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora