Capítulo 28

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.Club del Ocultismo - Ocho y media de la noche.

La tensión se cernía sobre el club como una espesa niebla. Rías, la presidenta del séquito, se erigía en el centro de la sala, rodeada por sus fieles seguidores. Cada uno de ellos desempeñaba un rol esencial en la delicada red de alianzas y enemistades que tejían el tapiz de su existencia sobrenatural. La anticipación era palpable; la reunión estaba a punto de comenzar, y todos eran conscientes de que las decisiones que se tomaran esa noche tendrían repercusiones de gran alcance.

—Entonces, ¿nos vamos? —la voz de Rías resonó con autoridad, dirigiéndose a su séquito, que la rodeaba en un semicírculo perfecto, con la notable ausencia de Koneko la Torre, y Gasper el segundo Alfil. Los miembros del séquito, con la excepción del evolucionado del virus redlight, asintieron con entusiasmo y una pizca de ansiedad— Gasper, confío en ti para que mantengas nuestro santuario seguro, ¿de acuerdo? Sería un grave contratiempo si tu habilidad especial se desatara, incluso accidentalmente. Koneko permanecerá aquí, velando por tu seguridad. —su mirada se posó en la figura silenciosa de la torre albina— Confío en ti. Tu papel es crucial.

—Por supuesto, presidenta. —respondió la joven de ojos dorados, su voz fue un murmullo firme, que denotaba una resolución inquebrantable—

—¿Realmente vas a dejar a Gasper solo con Koneko? —inquirió un hombre de cabellos oscuros, cuyos ojos heterocromáticos, uno carmesí y el otro verde esmeralda, brillaban con una mezcla de ligera preocupación y desafío— ¿Estás segura de que ambos pueden manejar un enfrentamiento inesperado? Mejor dicho, ¿confías en que ella pueda defenderse y proteger a tu vampiro travesti asocial sin ayuda adicional?

—Subestimas la destreza y el entrenamiento de Koneko-chan y de Gasper-san. —replicó Rías, su semblante era sereno y su voz imperturbable— Han sido meticulosamente preparados para perfeccionar sus habilidades de combate. Mi confianza en ellos es absoluta. Además, Koneko tiene poco aprecio por las largas y tediosas reuniones diplomáticas. Sin embargo, si prefieres quedarte a resguardar el fuerte, eres libre de hacerlo.

—¿Y perderme el espectáculo de ver cómo se despedazan unos a otros? De ninguna manera. —contestó Blake Valler, su risa era suave pero cargada de un subtexto oscuro— Y como le mencioné a Akeno anteriormente, sería prudente tener a alguien con la habilidad de intervenir en caso de que las cosas se pongan feas y les pateen el trasero.

—Presumido. —masculló Xenovia, su postura rígida y los brazos cruzados reflejaban su desdén—

—Gasper, sé un buen chico mientras estamos fuera, ¿vale? —Issei se acercó a la improvisada guarida del vampiro, una caja de cartón que parecía un refugio tan frágil como su ocupante— Aquí tienes algo para entretenerte. —dijo, extrayendo de su bolsillo un dispositivo que evocaba la nostalgia de una consola portátil de antaño, similar a una PSP—

—Blake. —la voz de Rías cortó el murmullo de conversaciones, su tono era serio, pero llevaba un matiz de urgencia mientras se aproximaba al sujeto de pruebas número once— Hay algo que debo pedirte, y es de vital importancia. ¿Estás en la capacidad de asumirlo?

—La magnitud del favor dictará mi respuesta. —replicó Blake con una calma estudiada, extrayendo lentamente un chicle de menta de su bolsillo izquierdo— Expón tu solicitud.

—Te imploro que evites cualquier tipo de imprudencia. —la severidad en la expresión de Rías era evidente, aunque su comentario pareció rozar el orgullo de Valler— Esta reunión no es un asunto trivial; es crucial para la integridad de nuestro círculo. Te exhorto a que ejerzas control sobre tus palabras y acciones. Un desliz podría tener consecuencias desastrosas.

Un Prototipo en DxD (Remake)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora