Marcas

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"Si te corto los brazos y te corto las piernas

¿Me seguirías amando de todos modos?

Si estás atado y amordazado, cubierto y exhibido

¿Me seguirías amando de todos modos?

¿Por qué no me amas de todos modos?"

Misfits – Helena

Ella era una vampiresa Mara, aquellas niñas muertas a tierna edad o no nacidas que se transforman en seres no muertos y no vivos, era albina, con los ojos café rojizos, bajaba las escaleras de una mansión oscura con dificultades, arrastraba su falda, se detuvo y comenzó a toser, algunas gotas de espesa y negra sangre le escurría de los ojos, nariz y boca, colocó su mano en su boca.

–No...se me acaba la fuerza...

Miró su mano ensangrentada, pronto esta comenzó a deshacerse mostrando parte de los músculos y los huesos de la mano, los fragmentos de piel y músculo que cayeron al suelo se deshicieron en forma de arena, bajó tres escalones más y volvió a detenerse.

–¡Rashel! –Gritó el nombre de su sórdida, de inmediato una mujer pelirroja de ojos rojizos llegó, se acercó de inmediato a su ama. –¿Dónde está mi esposo?

–Mi señora, el amo salió a donde su majestad Enoch. –La ayudó a bajar las escaleras y a llegar a una sala de estar con chimenea y varios sillones lujosos.

–Trae a Valka y a Sergey, de inmediato. –Rashel estaba dudosa de traer a sus compañeros, pero el desobedecer a tu amo era una de las peores cosas que podrías hacer, en especial si se trataba de la familia Tenebitur.

Dejó a su ama recostada, cruzó la mitad de la mansión para traer a Valka y Sergey, otros sórdidos, llegó a los aposentos de los sirvientes y ahí estaban.

–¿Qué pasa Rashel? Parece como si hubieses visto un demonio. –Una sórdida bromeó.

–Nuestra ama solicita a Valka y a Sergey. –Ambos sórdidos asintieron, se levantaron del suelo, se acomodaron las ropas y salieron junto con Rashel. Atravesaron nuevamente la mansión hasta llegar con la vampiresa Mara.

Su ama estaba bastante débil, el brazo por completo ahora era solo esqueleto, la cara comenzaba a descarnarse, sin embargo, su mirada seguía igual de soberbia que siempre, apuntó a Valka con los ojos, y con un movimiento de su mano aún en pie hizo que se acercara.

–Tardaste tanto. –Valka se hincó junto a su ama. –Acércate más, te voy a decir un secreto...

Valka se acercó al rostro de su ama, esta abrió las mandíbulas como una serpiente, mordió su cuello, ambos sórdidos contemplaron la escena horrorizados, a pesar de los movimientos desesperados de Valka, la débil Mara no se despegó de su carne, succionó su sangre hasta que esta cayó al suelo y algunas partes del cuerpo de la Mara se regeneraron, se veía casi normal, a excepción de algunas secciones de su cara y brazo en donde sus músculos estaban expuestos. La vampiresa se levantó, sin muchos esfuerzos sujetó en el aire el cuerpo de Valka, con su afilada mano atravesó el pecho de la sórdida, extrayendo el débil y aún latiente corazón, engulló el corazón, su cara era de excitación, los ojos le brillaron como luces neón de color rojo, y su cuerpo volvió a la normalidad.

–Alista mis cosas y una nueva muda, iré a donde Irad, Valka no me mantendrá completa por mucho tiempo. –Rashel asintió y corrió escaleras arriba por lo que le habían solicitado, la Mara miró el cuerpo de Valka, el cual se deshizo, dejándole un aspecto de huesos quemados.

–Sergey, te quedarás a cargo de la mansión en mi ausencia, sabes lo que hay que hacer. –Sergey asintió, los mechones de su negro pelo se deslizaron ligeramente sobre su frente. –Sabré si haces algo indebido, y tu castigo será mucho más cruel que la muerte de Valka. –Advirtió.

La cuarta DiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora