Uno de nosotros... Parte de los míos...

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"Atrapado dentro de mi mente por días

Los recuerdos me persiguen en este laberinto sin fin

Los juegos que jugamos son mortales, ¿no?

Haz estallar este dolor en pedazos

Ayúdame a luchar contra esta tormenta antes de que me arruine

Los juegos que jugamos son mortales, ¿no? me estoy desvaneciendo

Estoy cayendo

Bajo estos cielos de duda

Ayúdame a levantarme antes de que me ahogue

...

En estas sombras

Sé que me perderé de nuevo

Cuando esta noche cae

Sé que me perderé de nuevo"

Fytch – In These Shadows


Estaba de pie junto al cadáver de Nicanor, le quitó la manta y notó las protecciones que Itay le había puesto para evitar que los espíritus carroñeros se hiciesen con los residuos de su poder, los rompió, de inmediato las sombras tomaron forma y se acercaron al cuerpo como serpientes arrastrándose por las paredes, querían un poco de lo que aún ofrecía, pero las manos de Ruth se iluminaron, parecían bañadas por plata, sus venas se remarcaron sobre su piel, absorbió todo lo que quedaba de Nicanor, ese pequeño poder sería suficiente para controlar lo que escondía en su sótano en Israel, si podía absorber energía de algún otro consuri aumentaría notablemente las capacidades de control sobre los demonios de Salomón.

–Ojalá hubiese llegado cuando aún estaba fresco. –Sus ojos se hicieron completamente negros, parpadeó un poco y estos volvieron a su color normal. –Ahora es rancio y poco útil, pero durará hasta que encuentre a otro como tú. –Dijo mientras su cuerpo sufría una metamorfosis por la nueva magia que recorría su cuerpo.

Llamó a su gente en Israel, pidió que transportaran las vasijas de los demonios hasta su ubicación sin que nadie del clan se enterase, debían ser muy discretos y rápidos, el poco poder que tenía no debía agotarse antes de tiempo.

Pasaron muchas más horas, mientras tanto Ruth hizo un aviso a todos los jefes de los bestiarios, haría un enorme juicio contra Istat para inculparlo a él y a su amante de todo lo ocurrido, ocultar el hecho de que era posible que el fin del mundo se acercase, porque no sería grato que aquellos no merecedores del perdón de Dios hiciesen lo posible para salvarse. Le enviaron las vasijas casi después de un día, Ruth estaba molesta por la tardanza, aun así, se mostró extrañamente agradecida y amable con aquellos que le llevaron los demonios.

Se encerró en su habitación, amontonó los muebles del cuarto de hotel en un rincón y colocó las vasijas a su alrededor, formando un círculo perfecto, se posicionó en el medio, alzó los brazos, dirigió su rostro al techo y comenzó a hablar mientras canalizaba tanto su magia como la de Nicanor.

–Ahora que tengo el poder de la oscuridad, ahora que es mío el don que a pocos se les da, el poder que los demonios rondan hambrientos, el poder capaz de controlarlos si se utiliza bien... Yo los invoco, y con la sangre que corre por mis venas les ordeno venir a mí, ser parte de mi carne y mi sangre...

"Salomón traidor... Salomón nuestro amo...Salomón nuestro esclavizador..." Una luz roja emergió del interior de las vasijas, pronto comenzaron a temblar y crujir. "Heredera del último rey de Israel, por pacto de sangre y divina intervención de las deidades, te serviremos, pero si eres incapaz de resistir nuestra esencia, libres seremos y a tu clan nada le deberemos..."

La cuarta DiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora