La cuarta Diosa

Interrogatorio

"Déjalo salir, déjalo salir

Puedes gritar y puedes gritar

Mantén tus secretos en las sombras

Y te arrepentirás"

Sixx: A.M – This is gonna hurt

Todos los ejecutores en el Bestiario tenían un plan a seguir, atrapar por lo menos a uno de los vampiros puros conocidos como Elies y Cassian, esto para acceder a la información que necesitaban desesperadamente para detener al asesino serial que no solo ponía en peligro a los humanos, sino también a las bestias y su mundo.

Malena les había revelado uno de los sitios que aquellos vampiros habían visitado insistentemente por años, en especial los últimos días, el parque Tiergarten en Berlín, Alemania, lugar donde a menudo buscaban su cena, analizaban a la gente que paseaba por ahí, se divertían en seguirla todo el día para en la noche secuestrarla y llevarla a su hogar para realizar una pequeña cacería, hacían proposiciones, si lograban escapar algo bueno se les presentaría a las víctimas, pero como era de suponerse, nadie había escapado de la casa.

Esta vez, Athan se había quedado en casa de Istat, querían ver si este podía recordar algo nuevo, y hubo un pequeño resultado, recordaba más sobre sus hermanas y el misterioso muchacho. Su hermana Diamant se había casado, formó su propia familia, debido a que los humanos invadían constantemente los lugares naturales donde ellos habitaban, decidieron camuflarse en su forma humana, estableciéndose cerca de la naturaleza, pero sin dejar de mostrar su apariencia, Nat vivía con su hermana y Theobald –El esposo de Diamant, el cual tenía un profundo desapego a Istat. Del chico recordaba cosas interesantes, pero no suficiente información sobre donde se encontraba o su nombre, sabía que era de una familia muy pudiente, tenía varios hermanos y que era con él con quien pasaría el resto de sus días, ambos parecían bastante felices, pero hasta cierto punto, las memorias se le cortaron, como si viese un canal de televisión y de pronto la señal se interrumpiera por estática.

Athan e Istat seguían acostados mientras hablaban de estos sucesos, aún era bastante temprano.

–Es raro que tus recuerdos se interrumpan... ¿Tendrás algún maleficio? ¿Mal de ojo?

–El mal de ojo me haría daño, no olvidar las cosas. –Istat se acomodó en la cama.

–La verdad es que solo un consuri sabría de verdad que te haría tal cosa. ¿Qué tal algún trabajo de brujería? –Propuso la idea con dudas. –Escuché que eso lo podrían hacer por un precio, es muy usado en Latinoamérica.

–No creo que alguien caiga en brujería tan precaria, los consuri a penas y venden lo mínimo de su poder a los tópicos. –Se quejó. –El que me haya hecho esto no quería matarme, lo habría hecho hace mucho, desde que deje la manada.

–Bueno, todo sería más fácil si pudiéramos entrar en la sala de los legados.

–¿Para buscar algo de la magia consuri?

–Esa sería la fantasiosa idea, buscar algo que nos ayude con nuestras situaciones. –Se dejo caer en el colchón, miró el techo.

–La sala de legados no tiene nada de los lobos, ni siquiera lo que se usa en nuestra contra, y de los licaones, bueno, solo los dioses saben lo que nosotros no.

–Somos un caso perdido. –Suspiró. –Será mejor apurarnos para el trabajo.

–Claro.

Los mejores amigos se habían alistado para ir al trabajo, no sin antes ordenar todo lo que habían dejado tirado, aunque eso era más por petición y sometimiento de Athan a Istat, quería que su amigo comenzará a ser un poco más consiente y ordenado de sus cosas, pues, este era compulsivo con el orden y la meticulosidad de las cosas. Salieron a buena hora, después de ya algún tiempo Istat llegaría temprano, algo que sin duda le ganaría puntos para que Eda tomara en cuenta su negociación.