ANEXO: Esclavos de la Oscuridad//Todo por nosotros

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"Desaparecer, sin dejar rastro

Un tesoro perdido, no puedo reemplazarlo

La única pieza que aún queda

Está en estas cicatrices, está en este dolor.

Quiero guardarlo todo

quiero tomarlo todo

mi corazón está aguantando

Sangro, sangro por amor.

Cuando me haya ido cuando me desvanezca

¿Es el aire que respiro mi único legado?"

Red – Gone


Estudiaba las cosas que Lilith le había encomendado, debía tener bien presente el origen del Amaark, cómo su comunión con Amón y algunos otros caóticos de primera generación habían creado una magia tan poderosa para que los humanos igualaran en condiciones a los consuris poderoso y a algunas deidades menores.

"Amón había abierto las puertas de las tierras que rodeaban el mar rojo, los hijos primigenios de Umbra se habían apiadado de la pobre creación del gran padre Virgil, tan delgada y frágil, moribunda por los días que había caminado sin rumbo por los desiertos desolados y mortales. Era la primera vez que sus corazones se veían cautivados por la figura humana, por su piel quemada y el cabello como el poderoso fuego que hacía arder a las estrellas en el cielo nocturno.

Amón dotó a la humana Lilith de innumerables hijos, todos heredando las habilidades de su padre, nefilims implacables que fácilmente podrían hacerse pasar como demonios de mediana jerarquía, pero para protección de su esposa desarrolló una magia peculiar, le enseñó a tener control sobre toda la fuerza de la naturaleza, usarla a voluntad y conveniencia: tierra, agua, aire, fuego, todos sus derivados, todo lo que componía los biomas, hasta cada célula y átomo en los seres vivos, todo en el poder de una mujer, lo cual, para muchos primarios parecía una terrible idea, sin embargo, Amón le confió el Amaark a su esposa.

El Amaark es una magia que viola las leyes de la naturaleza creada e impuesta por los grandes padres progenitores, ya que es capaz de modificarla en pequeña y gran magnitud de acuerdo con los deseos de su portador. Durante los millones de años que esta magia se ha intentado replicar por parte de otros caóticos, los portadores más comunes eran consuris ambiciosos que querían eliminar clanes enemigos de su propia especie y a la humanidad, pero el Amaark original y poderoso lo tiene Lilith y solo ella tiene la capacidad de pasarlo a un nuevo usuario o heredarlo a sus descendientes directos.

Los hechizos que la primera esposa de Adán creó..."

Escuchó un sonido con ritmo, melodioso, se había centrado tanto en los antecedentes de la magia que al distraerse un poco, los ojos le dolieron, se los frotó y alzó la mirada en dirección a la puerta, dejó el rollo que leía de lado y abrió la puerta del salón, caminó por los laberínticos pasillos hasta llegar a una alcoba, lentamente entreabrió la puerta y ahí miró a Godth cantando una canción de cuna en egipcio para Azizi, esta dormía en sus brazos plácidamente.

–Deberías tocar la puerta antes de entrar. –Godth la miró, Seren terminó de abrir la puerta en su totalidad, sin embargo, se mantuvo en el umbral de la puerta.

–Lo siento. Fue una canción hermosa, me distrajo de mis lecturas.

–Ella no puede dormir sin escuchar mi voz, así que le canto o cuento historias. –Suspiró. –Era lo mismo cuando...–Murmuró, pero Seren alcanzó a oírle. Sus sentidos se habían agudizado bastante desde que Lilith le había compartido el Amaark.

La cuarta DiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora