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—Señora Vanilla, gracias por todo, pero me tengo que ir —dijo Sonic una mañana, en la que él estaba por salir del hotel.

—Cuídate mucho, Sonic —respondió Vanilla.

—Adiós.

—Adiós.

Entonces Sonic salió del hotel para ir al castillo de Soleanna, pues había quedado con Elise en verse de nuevo. El erizo se fue por toda la ciudad de Soleanna, rodeando todos los pasillos que había en este lugar. Sonic corría tan rápido que los comerciantes y los habitantes sintieron una brisa pasar cerca de ellos.

Cuando llegó al castillo, pasó por la entrada e intentó ir al jardín en el que dijo que Elise y él se verían. Pero tal fue la sorpresa de Sonic que los guardias del castillo no le dieron paso fuera del lugar para turistas.

—Por favor déjenme pasar. Elise está en el jardín esperándome.

—Silencio, si sigues así terminarás en la prisión de Soleanna —respondió uno de los guardias.

—Está bien, me iré. Aunque eso haga sentir muy mal a su realeza. —Sonic dijo esperando a que le tuvieran compasión los guardias y así dejarlo pasar, para su mala suerte, a los guardias no les importó lo que dijo.

Sonic molestó, decidió irse, no iba a quedarse ahí parado discutiendo con los guardias que no querían oír nada lo que él decía. Sonic al salir del castillo, pensó en una manera de ver a Elise, ya estaba decidido para él que la única manera de llegar a verla, era burlando a los guardias.

Por lo que analizó todo el castillo, esperando ver un punto débil en la seguridad. Por un momento pensó en correr rápido y así no lo verían, pero al hacer eso, provocaría un gran escándalo. Luego observó como el castillo estaba rodeado por el mar, así que, si corría sobre el agua, podía entrar por la parte de atrás. Pero para su mala suerte, el castillo estaba rodeado de un terreno que está muy alto por lo que Sonic no podía saltar hasta allá.

Sonic se dio la media vuelta y decidió buscar algo para poder logar su objetivo. Pensó que quizá en alguna tienda por Soleanna encontraba algún objeto que le pueda ayudar a entrar por el castillo. Visitó varios comercios y todos tenían comida y suvenires, nada que le sirviera para ver a Elise.

Al final, Sonic encontró una tienda que estaba a lado de la estatua de Elise. Tenía un letrero en cual venía el nombre del local, el cual era "Artilugios Soleanna", parecía que este era el lugar indicado por su nombre. Sonic se acercó y lo atendió dueño de la tienda quien era un equidna color negro con una sudadera amarilla y unos lentes, que parecían de sol, con cristales color rojo puestas en su cabeza.

—¡Bienvenido! —saludó el vendedor.

—¿Qué son esas gemas que están ahí? —Señaló Sonic en donde estaban exhibidas las gemas.

—Oh, son gemas que pueden darte distintas habilidades.

—¿Habilidades?

—Sí, estas gemas las tuve en uno de mis viajes, son de distintos colores, la amarilla te da un escudo de electricidad y atraerás ganancias hacia ti.

—Oh, ¿y la roja?

—Te deja ralentizar el tiempo. Cada gema tiene una habilidad distinta, hay ocho de ellas, pero la octava es imposible de encontrar.

—¿Cómo es?

—Se teoriza que tiene un color de arcoíris y que puede transformarte en una forma más poderosa. Como puedes ver soy un extranjero, cada que puedo llevo los artículos más raros que encuentro para venderlos.

—Suena interesante, así que, si pudiera saber... ¿hay alguna qué te deje ir a alturas muy altas?

—¡Oh sí! La celeste y morada pueden ayudarte en ello.

—Y... digamos, que, en casi hipotético, quiero ir desde una superficie inestable como el agua y desde ahí quiero ir a una altura muy alta, ¿cuál de los dos es mejor?

—Suena muy inusual tu pregunta... Pero, en ese caso, la gema morada es la mejor.

—¿Por qué?

—La gema celeste te lleva a una, pero tienes que detenerte y lanzarla por donde quieres caer.

—Oh ya veo, ¿y la morada?

—Te encoje y con ella puede saltar infinitamente, por lo que solo saltas y usas la gema y no te tienes que preocuparte en caerte al agua.

—Me gusta como suena eso...

—¿Quieres comprar esto?

—Sí.

—Tan solo te costaría 14000 rings.

—¿¡14000?

—Sí, es una gema con una gran habilidad. Así que no te la puedo dar más barata...

—Está bien —contestó un poco molesto por el precio. Sacó los rings y se los dio al vendedor—. Ahí van mis ahorros para este viaje...

—¡Gracias por la compra! La gema es ahora tuya —agradeció y le dio la gema morada.

—Perfecto, ¡ahora te podré ver Elise!

—¿Quieres comprar algo más?

—No.

—¡Vuelve pronto! —se despidió el vendedor. Sonic se dio la media, se alejó de la tienda, ahora Sonic podrá poner en marcha su plan.

—¡Elise, espera un poco más!

Sonic se fue corriendo hacia el castillo. Su plan era ahora correr lo más rápido que pudiera para poder estar corriendo sobre el mar de Soleanna. Antes de ir al mar, tomó vuelo y así lograrlo y no caer hasta las profundidades de este. Tomó unos pasos para atrás y finalmente, se encontraba corriendo sobre el agua.

—¡Ja, ja! Ya verán guardias, nadie me detendrá.

Sonic siguió hasta que estaba en la parte trasera del castillo, ahí es donde estaba el jardín. Sonic sacó la gema morada que había comprado y siguió corriendo por todo el mar. Sonic tenía un poco de miedo hacer esto, ya que si fallaba había posibilidad de que no saliera con vida de esta.

—¡Vamos gema! Confío en ti —dijo Sonic viendo a la gema.

Después de ello, Sonic saltó y sintió como se había encogido totalmente, además de estar cubierto de un aura morada. Sonic estaba hecho una bola muy pequeña que nadie podía observar de ninguna manera, parecía una mosca por lo que burlar a los guardias ahora era pan comido. Brincó y brincó lo más que pudo, hasta que finalmente, vio lo que parecía el jardín.

Sonic no dejó de utilizar el poder, hasta que finalmente tocó el suelo. Esto lo hizo por seguridad, una vez dentro del jardín del castillo, Sonic volvió a la normalidad. El erizo vio su alrededor y vio a Elise sentada viendo hacia el suelo, parecía muy distraída en sus pensamientos.

¿Un Amor Transcendental?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora