Capítulo 1

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"En los rincones oscuros de la mente se esconden los recuerdos perturbados."


Me llamo Maya Wilder y estoy internada en un Centro de Salud Mental. Es lo poco que sé por ahora.

No logro recordar mucho más. Para iniciar mi proceso de recuperación, los médicos me aconsejaron no forzar mi mente, ya que los recuerdos llegarían de un momento a otro. Sin embargo, cada vez que trato de recordar que me pasó no logro ver nada con claridad, y a veces, siento que mi memoria se desvanece aún más. Así que comencé a escribir en un diario aquellos momentos que aún permanecen íntegros, así como algunas experiencias que he vivido desde mi ingreso.

Hace varios meses atrás, mi vida dió un giro inesperado. Desperté en un lugar desconocido, rodeada de extraños y sin tener la más mínima idea de quién era.

Cada día es una lucha por reconstruir mi identidad, enfrentando sombras y recuerdos fragmentados que se desvanecen entre mis dedos. Los terapeutas y especialistas han intentado desentrañar los misterios de mi mente, pero hasta ahora, las piezas de mi pasado permanecen inalcanzables.

En este lugar de paredes blancas y voces susurrantes, he conocido a otros que comparten mi destino, compañeros de viaje en esta travesía por los laberintos de la mente. Juntos, nos aferramos a la esperanza de encontrar respuestas y recuperar lo que una vez fue nuestro.

Hoy es 13 de junio y cumplo siete meses de residencia en el sanatorio. El centro de rehabilitación mental Casa Esperanza está destinado a atender pacientes con patologías mentales leves y severas, para jóvenes con edades que oscilan entre los doce y veinte años. El psiquiátrico es el más antiguo de la provincia y tiene una historia envuelta en leyendas y rumores antiguos que evocan una sensación de misterio y oscuridad.

Se dice que en las noches más siniestras, se escuchan lamentos y susurros provenientes de las habitaciones vacías. Los pacientes y el personal hablan de figuras sombrías que se desvanecen entre las sombras, y de extraños sucesos que desafían toda explicación lógica.

Aunque los rumores pueden ser solo eso, rumores, no puedo evitar sentir un escalofrío en la columna vertebral cada vez que camino por los pasillos solitarios. Hay algo en el aire, una energía pesada y cargada, que me hace preguntarme qué secretos oscuros se esconden detrás de estas paredes.

El centro se encuentra en la zona más rural del pueblo Río Grande, alejado de la ciudad, rodeado solo de montañas y campo, ofreciendo un entorno tranquilo y natural para la recuperación y el bienestar de los pacientes.

Su ubicación en medio de la nada brinda una sensación de aislamiento y privacidad, lo que se considera beneficioso para el proceso de curación de los jóvenes. El paisaje natural y la ausencia de distracciones urbanas brindan un ambiente propicio para la reflexión, la relajación y la conexión con la naturaleza.

Las instalaciones estan diseñadas de manera que se integran armoniosamente con el entorno. El edificio tiene un estilo rústico utilizando materiales naturales como la madera y la piedra. Las habitaciones son acogedoras y cómodas, con vistas panorámicas a las montañas y al campo circundante.

El centro cuenta con amplias áreas al aire libre, como jardines, senderos y zonas de descanso, donde los internos disfrutan de distintas actividades, como caminatas, meditación o yoga.

Además de las áreas exteriores, el sanatorio también cuenta con espacios interiores diseñados para terapias individuales y grupales. Dispone de áreas tranquilas, con iluminación suave y colores relajantes. Incluye también salas de terapia, de reuniones y espacios para socializar o realizar otras actividades como arte o música.

Recuerdos Perturbados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora