3. La Primera Misión.

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La oficina de Zyon era diferente de toda la casa.

Parecía una oficina antigua, de esas que podrías ver en una telenovela de 1990, todo el piso era de madera pulida, y tenía sillones de cuero marrón, un gran escritorio de madera. Las paredes era entre beige y marrón, con pequeños diseños como coronillas o algo así. Había una especie de closet pero como si fuera una ventana gigante cerrado con puertas de madera y un candado.

Ahí hay armas, o una caja fuerte.

Algo me parece raro de esta casa, pero decido no prestarle mucha atención.

En la oficina, estábamos trece personas contando a Zyon, Axel, y a mi. Lo que supongo que los otros diez serán los subordinados principales de toda su red asquerosa.

-Bien, el objetivo será el mismo. Asesinar al jefe para obtener más territorio.- Zyon empezó explicando, junto con todo lo que se debía hacer hoy a la media noche.

Obtener territorio.

Al final, es todo lo que los mafiosos buscan. No sólo se trata de riquezas, se trata del poder. Mientras más poder tengan sobre un lugar, más poder tendrán sobre los demás, e incluso, podrían tener el poder absoluto de un país. Pero, casi nadie llega a ese extremo, y no porque no quieran...

Simplemente no saben cómo hacerlo.

Pero yo sí.

-Gabriella vendrá conmigo como mi mano derecha esta vez.

Yo levanto la mirada al escuchar a Zyon decir mi nombre, sorprendida.

¿Mano derecha?

-¡¿Qué?!- Le grita Axel a Zyon, confundido.- ¿Por qué ella, Jefe? Siempre soy yo el que va con usted.

Zyon sonríe arrogantemente antes de responderle a Axel.

-Esta vez, ella vendrá conmigo.- Dice en un tono firme y serio.

Uff, la última palabra. Nadie puede cuestionar, refutar o siquiera decir su opinión. Es lo que dice en jefe y ya.

Sin embargo, eso no me emociona en nada tener que proteger a este imbécil.

-¿Has entendido, Gabriella?

Yo lo miro fríamente, asintiendo. Lo menos que quería era abrir mi gran bocota.

Si quería infiltrarme con estos tipos, debía ser obediente.

Quizás llegar al mismo puesto de Axel para luego traicionarlos a todos no estaría mal.

Oh, no, no estaría nada mal. Además, como sucesora de una de las cuatro mafias de Rusia, sería muy... interesante, ayudar a este niño a apoderarse de todo el territorio y luego asesinarlo yo. Así, no solo vengaría, si no también honraría el legado de mi padre, y tendría mucho más poder.

Adquirir poder destruyendo todo a tu paso.

Me parece un buen plan. Ir como la mano derecha de Zyon me beneficiará mucho para llevar a cabo mi misión después de todo.

-Bien, ya saben todos lo que hay que hacer. A trabajar...- Zyon me mira fijamente.- Y tú, ven conmigo.

Yo suspiro, levantándome de mi asiento, para seguir al peliblanco, sin mucho interés.

¿Ahora que quiere? Me hace perder el tiempo.

El me lleva a la parte trasera de la casa, donde hay lo que parece un campo de tiro.

-Antes de la misión, quiero ver tus habilidades con las armas.

Yo me río un poco.

-Me pusiste como tu mano derecha, ¿y estás dudando de mi habilidad con las armas?- Yo me cruzo de brazos, viéndolo fijamente.

La Princesa de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora