Ha pasado una semana. Y se me ha hecho eterna, a demás que me he sentido de lo más inútil posible.
Desde que llegué a la casa del imbécil de Zyon de nuevo, solo he estado en cama, cumpliendo una estúpida dieta, siendo atendida por una enfermera de unos 24 años aproximadamente. Aunque debo admitir que para ser joven sabe muy bien lo que hace.
Básicamente ella ha sido mi compañía estos días, ya que me negué rotundamente a que Zyon se acercara a mi. Últimamente se había vuelto más irritante de lo habitual.
-Ay.- Digo en un susurro por el dolor, mientras Ava, la enfermera, limpia mi herida para cambiar mi vendaje.
-No te muevas.- Me dice ella, sin dejar de hacer su labor.
Yo suspiré. Ya estaba cansada de esto, y por culpa de los hombres de Hwang, ahora está herida tarda demasiado en sanar completamente debido a la profundidad de aquél cuchillo tan largo de la última vez.
El golpe en mi cabeza, en cambio, ya estaba mucho mejor. Aunque tenía que mantener los dolores bajo control con pastillas, pero fuera de eso, estaba mucho mejor.
La dieta solo se basa en comer ligeramente y tomar muchos jugos distintos, cosa que la verdad me daba igual. Tampoco es que tuviera tanto apetito como siempre, aunque no podría negar que se me antojaban comidas pesadas de vez en cuando.
-Bien, trata de no moverte tanto o se volverá a abrir, Gabriella.- Ava se levanta y tira los vendajes viejos. Podía ver el estrés en ella. Y adivinen de quien es la culpa (Exactamente, mía).
-Lo siento.- Me disculpé con la enfermera sinceramente.
La verdad yo misma he atrasado el proceso de sanación de esa herida querido salir de esta habitación muchas veces.
-Estarás bien si guardas reposo. Así que deja de intentar salir por ahí sin supervisión.- Ella se levanta, y ordena todo lo que usa para limpiar mis heridas sobre la pequeña mesa de noche junto a mi cama.- Vendré en la noche para inyectarte la última dosis de la medicina.
Yo asiento, y la veo salir, quedándome sola de nuevo en estas cuatro paredes. Yo cierro mis ojos y suspiro, tratando no entrar en una crisis de locura.
Si antes odiaba a las personas inútiles, en este momento odiaba ser yo la inútil.
No puedo si quiera moverme sin tener que ser aprobada por alguien más y que me ayudara en caso de que digan que si. Es simplemente frustrante.
Que decepción, Gaby.
Si, ya lo sé.
Últimamente han pasado cosas con Zyon y Alex.
Zyon ha actuado como si fuera su posesión más preciada, y no de manera posesiva como jefe de la mafia, si no como hombre que quiere proteger a la mujer que ama. Su lenguaje corporal, lo que dice, sus actitudes, todo me da indicios de que tiene un interés romántico conmigo. Y aunque siempre lo sospeché, había algo que me he estado preguntando, ya que esas actitudes, no son solo desde que me trajo con él.
Estuve dando un paseo por mis recuerdos últimamente, tratando de recordar hasta el más mínimo detalle sobre sus expresiones, de cuando lo vi por primera vez...
-Un placer conocerle, señor Bruce.- El joven de un color de cabello peculiar estrecha firmemente la mano de mi padre, quien le devuelve el gesto fríamente.
-Lo mismo digo, joven Zyon.- Ambos se separan y se sientan frente al otro, en la gran mesa.
Yo me siento junto a mi padre
Aunque tuviera quince solamente, debido a lo que hice hace tres años atrás, me dejaron desde aquel entonces asistir a las reuniones entre jefes y manos derecha de dichos jefes.
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La Princesa de la Muerte
Mystery / ThrillerLa Princesa de la Muerte no era nada más y nada menos que una joven de 19 años con habilidades y sed de sangre y poder muy preocupantes, aunque eso a su padre, el Jefe de una de las 4 mafias de Rusia le beneficiaba, a veces se preocupaba. Un día, Un...