13. Un oscuro castillo.

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Han pasado cinco días desde que visité a mi madre y supe la verdad de lo que soy, y lo peligrosa que puedo ser, o lo fatal que podría ser si llego a perder el control de mis emociones, y por consiguiente, de mi ser.

He estado pensativa, y también callada, aunque se supone que era lo usual y tanto Zyon como Axel están acostumbrados a eso, me han estado preguntando si estoy bien, ue pasó, que hice, y bla bla bla.

Ya que decidí no ejecutar mis planes del principio para "ser justa"... Intentaba evitarlos por todo el tiempo posible mientras ordeno un poco mi n cabeza y descifro mis sueños.

Ah, eso era otra de las cosas inusuales últimamente.

Mi madre me dijo que ella podría comunicarse conmigo entrando en mis sueños, ya que es una "ventaja" que tenemos por ser demonios, o al menos yo siendo mitad demonio. Sin embargo, no esperaba la visita de alguien más.

Desde hace un par de días he tenido un sueño muy repetitivo.

Y si, digo muy repetitivo porque no he parado de dormir últimamente.

En el sueño, estaba en un lugar parecido a un castillo, pero hacia mucho calor, y todo estaba muy poco iluminado.

Siempre estaba frente a una gran puerta a las afueras del castillo, pero parecía estar algo solitario, o al menos en mi sueño lo estaba, hasta que entraba. Habían muchas cosas parecidas a sombras altas, bajas, mediana... Todas eran extrañamente pelculiares.

Pero eso no era lo interesante del sueño.

Lo más interesante era cuando me adentraba al castillo y llegaba a lo que parecía ser la sala del trono. Muy gigante y moderna, y estaba más ilumana que la entrada.

El camino guía hasta una silla de oro, con una alfombra roja de por medio en el gran salón, lo que he identificado como el trono de ese castillo. Y lo más interesante, es que no estaba vacía. Había un hombre allí, de quizás 1.93 metros de altura, piel extremadamente blanca, y su cabello era de un rojo muy llamativo, al igual que sus ojos.

En quizás las cuatro veces que pude estar en ese lugar, intenté acercarme al trono, pero siempre se me hacía difícil por alguna extraña razón, la cual me gustaría descubrir.

Yo seguía pensativa sobre quien podría ser esa persona que estaba allí. La verdad no parecía alguien tan joven, pero tampoco tan mayor. Estaba muy bien conservado y era un hombre muy guapo. Sin embargo, había algo en el que gritaba peligro; algo que te hacía sentir que su apariencia no debía engañarte.

En el sueño, mientras intentaba acercarme al trono para ver mejor a este hombre, le preguntaba: ¿Quién eres? Sin recibir respuesta alguna. Solo una sonrisa siniestra de su parte y despertaba.

Siempre terminaba en el mismo punto del sueño, y me levanto frustrada por no saber quién demonios era ese tipo.

¿A caso debía descubrir por mi misma quien es? Es simplemente absurdo.

Suspiré frustrada y decidí levantarme de la cama.

Tomé una corta ducha, y me puse una de mis cinco pijamas de Stich y me vestí. Me peiné, y volví a la cama. Y en eso se basaba mi día... Levantarme, ducharme, vestirme, y volver a dormir.

La Princesa de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora