15. El Caos.

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Zyon

Busqué con la mirada por todo el gran salón sin encontrarla. ¿Dónde podría estar?

Escuché unos gritos que provenían del otro lado del salón y fruncí el ceño, preocupado. Rápidamente me moví entre la gente, quienes estaban todos asomados en la terraza, y al llegar, quedé frío en ese momento.

Gabriella había apuñalado a Michael, pero no sólo eso, Gabriella no parecía ella... Sus ojos habían tomado un color rojo escalofriante, y se veía más intimidante y peligrosa de lo usual.

Su vestido estaba lleno de sangre ahora, y ella estaba arrodillada junto a él, mientras el pobre chico se desangraba. ¿Qué demonios está pasando aquí?

Caminé cautelosamente hacia ellos, tratando de llamar la atención de Gabriella para calmarla.

-¡¿Qué haces?! ¡No te acerques, Zyon!- Escuché a Axel gritar detrás de mi.- ¡Si te acercas te matará!

Yo fruncí el ceño y me detuve, girándome hacia todos los que estaban allí, viendo la escena.

Muchos empezaron a dispersarse y salir de la mansión, mientras que otros se quedaban como chismosos para ver qué pasaba. Al girarme de nuevo hacia Gabriella, ella veía como un gran grupo de personas salía corriendo, y su sonrisa siniestra de repente se ensanchó, y bastó un parpadeo para que ella desapareciera en la nada. ¿A dónde se fue?

Corrí hacia el balcón y ella estaba en la entrada de la puerta de la mansión.

-¿Qué demonios le hiciste, Mike?- Escuché a Axel hablarle al cuerpo de Mike, el cual estaba poco a poco quedándose sin vida. El rubio solo se reía.

-Intente... hacer el último recado de mi padre.- Dijo Mike con dificultad.- Supongo que mi destino era la muerte si traicionaba a la chica que más amaba...

Yo fruncí el ceño... ¿La chica que más amaba?

En ese caso, que bueno que se está muriendo.

No, no es momento de celos.

Escuché personas gritando y me giré rápidamente hacia donde estaba Gabriella, quién había matado a setenta y cuatro personas en un parpadeo, mientras toda ella estaba llena de sangre.

-¡Gabriella, detente!- Intenté gritarle, pero ya era muy tarde. De nuevo, había desaparecido, y de la nada, sentí algo filoso en mi cuello.

-No pueden quedar testigos.- Su voz... Había cambiado. No era su dulce voz de siempre, si no más bien la de... ¿Un demonio?

Yo tragué grueso, no sabía que hacer.

-¡Alto ahí!- Escuché a unos hombres gritarle, y ella apartó el cuchillo y se giró hacia ellos con una sonrisa siniestra.

Habían unos treinta y tres hombres apuntándole a Gabriella.

Ay no, los matará.

-Gabriella, por favor, detente.- Dije con temor... Por más que Mike la había provocado, no entendía por qué estaba matando a todo el mundo...

Intenté poner una mano en su hombro, pero fue imposible. En cuestión de un minuto, decapitó a esos hombres sin siquiera dejarlos parpadear. Y eso no fue lo peor del caso... Después de ellos, entró a la mansión y masacró a todos los que estaban allí con sus propias manos.

¿Quién es ella? La Gabriella que conozco no haría esto...

O quizás si.

-Zyon, debemos irnos, ahora.- Axel se posicionó a mi lado, preocupado.

La Princesa de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora