16. ¿Amigos o enemigos?

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Gabriella.

Intenté estar calmada ante esta situación pero simplemente era muy díficil...

Veía a Zyon y a Axel frente a mi, esperando a que yo hablara, pero no sabía ni por dónde empezar.

Mi madre me había ordenado quedarme en el castillo de Hades al menos hasta que aprendiera a controlarme ya que el sello se rompió.

Pero quería verlos una vez más.

Mi madre se levantó sin más opción y se fue, dejándonos solos, y eso me hizo sentirme aún más tensa por un lado, y por otro, más aliviada.

-¿Y bien? ¿Qué ocurrió?- Me pregunta Axel en tono serio.

De nuevo, regresamos a esa frialdad, y por alguna extraña razón, eso me hizo sentir mal. Él no me trataría así, pero supongo que estaría molesto, decepcionado, o quién sabe.

Yo respiré profundo, tratando de calmarme, antes de tratar de hablar.

-Yo... me quedaré un tiempo con mi madre.- Comienzo a decir, y Zyon parecía desconcertado, mientras que Axel parecía enfadado.- Necesito estar un tiempo lejos de... todo, en general. Así que espero que me entie-...

-No.- Me corta Zyon de golpe.- Pídeme otra cosa, Gabriella, pero no te alejes de mi... simplemente no puedo dejarte ir.

Parecía dolido de alguna forma, y realmente me dolía decirles esto. Pero era lo mejor... No quería que Bia los matara solo porque mi estúpido corazón humano siente cariño hacia ellos.

-Lo siento, Zyon. No puedo volver con ustedes.- Digo, y la tristeza era notable en mi tono de voz, aunque quisiera ocultarla.

Zyon se levantó y empezó a caminar de un lado a otro, negando con la cabeza, mientras que Axel solo me veía fijamente... ¿Qué pensaría de mi?

Ya sabes muy bien qué piensa de ti.

-Al menos dime por qué.- Me dice Zyon en un susurro, y yo suspiro... No puedo decirle esto. Es contra las reglas.

-No puedo decírtelo...

-¡¿Y por qué no?! Joder, Gabriella. ¿Tienes idea de cuán preocupado estaba por ti está semana? Te he buscado por todos lados, esperando que estés bien, y ahora que finalmente te encuentro, ¿ya no quieres volver? Creo que mínimo merezco una explicación.- El peliblanco sonaba desesperado, y eso solo me hacía el corazón pedazos.

-Zyon, no es que no quiera volver simplemente en este momento no puedo... no es correcto y no quiero hacerles daño.

-Entonces dime qué te pasa, Gabriella, porque no entiendo a qué te refieres y cada segundo que pasa me da ansiedad el pensar que te perderé.

Yo suspiré lentamente.

De verdad no quería lastimarlos. Aunque no estoy segura que siento por ellos, no tengo idea de por qué siento que quiero protegerlos.

Es tu estúpido corazón humano.

Me levanté y me acerqué a Zyon. Tomé sus manos y lo veía con algo que jamás pensé que haría en mi vida...

Intenté mostrar toda la sinceridad posible.

-Zyon... ¿Confías es mi?- Le pregunté, en un susurro.

Eso tomó desprevenido a Zyon, pero sus ojos azules me veían con cierto temor y tristeza, y a la vez, el deseo.

Él solo asintió, yo sonreí levemente.

La Princesa de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora