Capítulo 6

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Everything Has Its Place
-Young Mister

—Guau.

El vestido le queda como anillo al dedo.

Me llamó segundos atrás para que fuera a darle el visto bueno, por lo que esa la razón por la que estoy fuera de los probadores femeninos. No por alguna otra razón.

Como decía, el vestido pareciera que fue hecho específicamente para ella. Por su cara, noto que piensa lo mismo. Está radiando de felicidad.

—Te voy a agradecer toda la vida por haberme echado una mano para encontrarlo —dice dando vueltas con el vestido.

—No lo agradezcas. No fue nada —respondo sonriendo por verla así de feliz. No me doy cuenta de lo que hago hasta que me duele la cara y tengo que distraerme viendo otra cosa que no sea como se ve.

—Deja me lo quito y lo pago.

—Claro, te espero aquí afuera.

Me muevo a donde estaba anteriormente -una zona de espera, que no sé porque en México no tienen si es meramente necesario para los acompañantes-, y me siento a esperarla, ignorando el hecho de que no podía dejar de sonreír al verla en un estado de inmensa alegría

𓆉


—Gracias de vuelta por lo que hiciste en la tienda, Emi. Dejáme invitar algo, ¿dale? Al menos una comida, no es nada.

—No me debes nada, tranquila. Cada quien paga por su comida —le aseguro y ella sigue pareciendo insatisfecha con mi idea, por lo que añado—: Bueno, si quieres dame un pan gratis de esos que hiciste. Me gustaron mucho.

Parece que doy en el blanco, ya que eso la hace asentir y prometer que me dará uno mañana.

Llegamos a la zona de comida que está casi vacía. Hay un puesto de hamburguesas y como se ve totalmente vacío, decidimos ir a comprar ahí por la rapidez en la que pueden estar. Arleth hace el favor de pedir por ambos. Estando el pedido listo, nos dirigimos a una de las mesas que hay por ahí para esperar por él. Nos sentamos delante del otro.

—¿Ser millonario, pero solitario? ¿O ser pobre, pero con personas que te amen? —inquiere la chica de la nada. Frunzo el ceño—. Anda, respondé.

—Yo creo que ser pobre, pero tener a nuchas personas a mi lado. La vida solitaria no es para mí. Y menos siendo millonario y no tener con quién compartir todo.

—Inteligente respuesta. Ya me agradas.

—¿Antes no? —En mi tono hay diversión y ella se ríe.

—Hace tiempo que no me divertía tanto con alguien, esa es mi respuesta.

Sonrío y entonces me doy cuenta de algo.

—Perdona que te moleste con esta pregunta, ¿no tienes más amigos que los de fiesta? En el sentido que me escogiste a mí para acomodarte a esto y no a alguien más de confianza.

No se ve molesta por que me meta a su privacidad. Es más bien, todo lo contrario. Aunque se ve un poco incomoda. Quizas no es un tema que le guste platicar.

—Sí, tengo algunos... amigos. De la high school. Pero ya pasó banda desde que me recibí y solo hablo con unos pocos por el tema de la distancia. Y con mis amigos no salgo tanto como quisiera porque están en el otro lado de la ciudad y yo me la paso laburando casi todos los días, entonces nunca cae el momento justo. Todo es por pantalla. Por eso estoy emocionada de ir a esta fiesta, al menos para verlos un ratito. —Hay algo raro en la forma en la que dice eso y el evitar mirarme a los ojos y jugar con la comida.

El Significado de Nuestra ExistenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora