Outro
-M83—¿Cuánto falta para que el sol desaparezca? —pregunto mientras la cajera nos cobra las compras.
—Solo una hora. Termina a las nueve. No te hagas drama, te digo que hay tiempo —responde Arleth dándole el dinero a la mujer y ella lo recibe. La cara de esta demuestra lo harta que está de trabajar.
Agradecemos a la mujer del local y salimos de ahí para subirnos al coche. Esta vez, es mi acompañante quien conduce y se mueve entre las calles sin necesidad de un croquis.
La verdad es que no tenemos un lugar fijo, tipo un hotel o cuarto para dormir, por lo que será en el coche. Es más barato para el tiempo que estaremos aquí, y para la nada que la ocuparemos. Por lo tanto, esta vez no buscamos un sitio donde dejar el coche e irnos a la playa y volver a regresar como hace rato hicimos, no; es más que nada encontrar uno donde la zona se vea segura para estacionarlo, comer, ir a ver el atardecer y dormir justamente. No sé si me explico.
—Este lugar parece bien, ¿no te parece?
Miro por la ventana. Es un sitio de casas, no tan lejos de la playa, iluminado y limpio.
—Perfecto. Se ve mejor que muchas calles de mi ciudad —comento y ella chasquea los dedos.
—Eso ya dice mucho. Bueno, ¡a comer esta delicia!
Para nada es una delicia, pero es lo que hay. Es el sacrificio que haremos por ver un atardecer con una vista perfecta. Es un hot dog de una tienda local, con pintas de haber salido días atrás a la venta y algo tieso. Pero era eso o algo inclusive peor.
Hay que ser agradecidos con lo que tenemos.
𓆉
Por fin, el momento más esperado de este día.
Estamos en la playa. Ya hay pocas personas a diferencia de como estaba en la tarde.
Arleth está disfrutando de su paleta de hielo que le debía y yo unas frituras para el momento. Ambos acabamos con nuestro postre al mismo tiempo y exactamente en el momento donde el cielo se va transformando.
Es simplemente precioso. El color anaranjado con un toque de rosado y amarillento, mientras hasta arriba sigue estando azul y un halo de luz va desapareciendo lentamente.
Me encantaría ser El Principito y tener un planeta donde poder ver el amanecer y atardecer millones de veces. Nunca me cansaré de admirarlo y observarlo. Tiene un no sé qué que te deja tan reflexivo de la vida. Sin embargo, el amanecer es el que más me gusta de los dos y ansío mucho poder verlo ya.
—Precioso, ¿sí o no?
—Es de los mejores que he visto.
Claro que le tomo una foto para tenerlo de recuerdo. Y una a nosotros dos con el atardecer de fondo.
—Un bonito recuerdo con una increíble persona. Gracias por esto, Lett.
—No es nada comparado con lo que hiciste vos. Te prometí que te iba a devolver el favor y aquí estamos, cumpliendo.
Le sonrío a modo de agradecimiento. Ella se sienta sobre la arena y la imito. El resto de personas está tomándose fotos o admirando, al igual que nosotros, el atardecer sin aparato electrónico en medio.
—¿Qué preferís? ¿Ser vos el que se aleja de los demás o que sean ellos los que te dejen a vos? —pregunta Arleth que, como siempre, iniciar la conversación con sus preguntas curiosas e interesantes de analizar.
—Pero, ¿qué tipo de pregunta es esta? —La miro con los ojos abiertos de par en par y ella levanta la manos en modo de inocente.
—Andá, responde.
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El Significado de Nuestra Existencia
Teen FictionValidación Académica Problemas en el amor Una amistad a distancia Y un viaje de auto-descubrimiento Supongo que mezclar todo eso hace la vida más interesante de lo que ya es. Sin haberlo previsto, conocí a Arleth de la manera más... Ordinaria y a...