Ojos Favoritos
-ProtistasDiciembre, 2024.
El último mes del año está aquí nuevamente.
Este mes siempre me pone nostálgico y reflexivo acerca de todo lo que sucedió en el año. De todo lo que perdí, aprendí, recuperé, sané... Y este año, fue un batido con todo ello.
—¿Quieres? —pregunta Nadia, sacando su caja de cigarros y encendiendolos. Niego con la cabeza, como siempre hago-. Bueno, te lo pierdes.
Sonrío y siento el aire fresco en la cara. Hoy acabó el semestre y la chica, junto a mi grupo de amigos, salimos a celebrar por haber sobrevivido a esta masacre.
Este fue más pesado que el resto. Tuve bajas calificaciones por lo mismo. Pero, finalmente, no me afectó tanto. O bueno, un diez por ciento del cien. Ya me entró en la cabeza que unos números no definirán mi inteligencia. O de lo que soy capaz.
Como siempre, es un camino difícil aún por recorrer; no obstante, lo importante es saber encontrar la forma de que no te afecten los obstáculos.
Tal como lo es la vida.
Nadia saca humo de su boca y exhala otro poco del cigarro antes de hablar.
—¿Harás algo estas vacaciones? —Levanta la ceja a modo de interrogación.
—Síp. Mi papá me invitó a pasar la navidad en su casa. Creo que es la primera vez que sucederá algo así —respondo. El claxon del coche de Pedro nos hace voltear a ver hacia el estacionamiento. Ahí está medio grupo, ya despidiéndose, pues la tarde de festejo acabó. Solo quedamos Nadia y yo aquí en la terraza, relajandonos de tanto ruido.
En eso nos parecemos, nos gusta convivir con los demás, pero hasta cierto punto nos callamos. Se nos acaba la batería social. Por eso salimos a esta parte del lugar; aparte de que ya todos se van y nosotros nos quedaremos un rato más.
—¿Y para año nuevo? —sigue cuestionando, dándole la penúltima calada a su cigarro.
—No sé si estaré allá toda esa semana de festejo o regresaré para finales de año. Igual, si regreso, estaré con Ness.
Nada nuevo. Desde que la conocemos, pasamos año nuevo con ella y su familia. Literalmente, para Isa y yo, la casa de Ness es nuestra segunda casa. Solíamos ir allí casi todos los días después de la secundaria o preparatoria. Pero por la universidad, ya casi no vamos a menos que haya eventos importantes o estemos cerca de ahí.
—¿Qué harás tú? —La volteo a ver.
—Es lo que estoy pensando. Quizás vaya a salir fuera de la ciudad o ir a un bar y emborracharme a ver que sucedeme. Quizás y me encuentre al amor de mi vida, eh.
—Suena divertido. Te avisaré que pasará por esas fechas, ¿va? En todo de caso de estar aquí en año nuevo, te aviso y la pasas conmigo.
—Me parece bien. ¿Regresamos? Quiero repetir ese pozole que mata.
Asiento y vamos al interior.
Ahora sí, he aquí la actualización de lo que ha pasado estos últimos meses.
Los días siguientes a que la relación de Arleth acabó, estuvimos hablando continuamente. Más que nada, para distracción de ella del mal rato que estaba pasando. Eso, a finales de agosto e inicios de septiembre. Fueron dos semanas así. A veces desaparecía, pero entendía el porqué de la situación.
No obstante, para cuándo septiembre llegaba a su fin, pararon los mensajes con Arleth. Desde entonces, no sé nada de ella más que está bien -gracias a Omar-, pero es raro pensar que no me ha enviado nada. Insistí algunos días, hasta que noté que era para nada y dejé de hacerlo. Me centré en otras cosas importantes. Sin saberlo, eso me sirvió para dudar de algo que, aún al día que narro esto, me mantiene pensativo: ¿realmente estoy enamorado de Arleth o de la idea que yo creé de ella?
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El Significado de Nuestra Existencia
Teen FictionValidación Académica Problemas en el amor Una amistad a distancia Y un viaje de auto-descubrimiento Supongo que mezclar todo eso hace la vida más interesante de lo que ya es. Sin haberlo previsto, conocí a Arleth de la manera más... Ordinaria y a...