Capítulo 12

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Are you bored yet?
-Wallows, Clairo


Como le dije a Arleth, estando en mi casa y descansando, entro a Google en busca de que significa ser «asexual».

Hay muchas páginas con información y algunos tests, pero todas concuerdan con lo mismo: sentir poca o nula atracción sexual.

Siento que encaja muy bien conmigo. Desde que estaba en bachillerato y algunos de mis amigos comenzaban a hablar sobre sexo, yo me sentía incómodo. Pensaba, en aquel entonces, que era simplemente porque no me interesaba en el momento porque tenía otras cosas más importantes en mi vida. Pero, ahora, leyendo esto... Hace que todo tenga más sentido.

Sigo leyendo un rato más para entender más a profundidad. Estoy tan sumergido leyendo que no escucho cuando la puerta se abre y el cuerpo de mi copia cae a mi lado en la cama.

—¿Qué hacemos? —pregunta Isa comiendo palomitas en un tazón.

Me saca un susto y casi tiro el celular al suelo. La insulto mentalmente y me vuelvo a acomodar en mi lugar. Sinceramente, no le veo razón al mentirle a Isa.

—Estoy investigando algo que me comentó Lett. ¿Has escuchado la palabra «asexual»? —Giro la cabeza. Ella hace un gesto de pensar mientras mastica su botana y me invita. Tomo algunas.

—Me es familiar. Probablemente ya la he escuchado. ¿Qué significa?

—Es una persona que puede sentir poca o nula atracción sexual hacia otra persona. Claro que se enamora, a menos que, eh ,—leo el término en la página en la que estoy—, sea una persona arromantica, pero no le interesa una vida sexual. ¿Me explico?

—Uh, qué interesante. —Mi melliza se me queda viendo fijamente—. ¿Por qué lo estás buscando?

—Le conté a Arleth lo que sucedió con Brianna y lo que nos llevó a romper. Ella sugirió que quizás yo podría ser alguien asexual por lo que pasó en abril.

—¿Y lo eres?

—Creo que sí... —En mi tono hay duda. Y no debería de haberla. Entre más leo más se siente algo que es mío—. Sí, lo soy.

Isa sonríe.

—Eso está bien. Es parte de ti y no hay nada de malo con ello.

Paso un brazo por su espalda y junto nuestras cabezas de lado. Sin embargo, siento que el momento se está volviendo muy cursi y entre nosotros no somos así.

—Me cuesta pensar que eres la misma que no me comparte su comida cuando le pido.

—Son cosas diferentes. Te podré dar hasta mi pulmón, pero jamás mi comida.

—Hay maldad en ti.

—Lo que no te tocó a ti me lo llevé yo.

Agarro unas cuantas palomitas y se las aviento en la cara. Ella no se queda atrás y me lo devuelve con más fuerza. Lo único que se escucha es nuestra risa de foca ahogada.

—Te quiero, Emi. Gracias por confiar otra vez en mi para contarme algo tuyo tan personal.

—Estoy aprendiendo a empezar a hablar más de mis cosas en lugar de dejarlas guardadas.

Y todo gracias a qué conocí a alguien tan inesperadamente que me hizo ver que hablar es necesario




𓆉




Salgo de la habitación con todas las maletas y mochilas en las manos. Me encuentro a mi familia en la sala. Iker jugando en el Xbox e Isa tomando agua.

El Significado de Nuestra ExistenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora